¿El resurgir de la dinastía “blanca”?

Real Madrid cerrará el 2016 como el mejor club del mundo. Foto:realmadrid.com

Cuando Sergio Ramos levantó el trofeo del Mundial de Clubes de la FIFA, se consumó uno de los años más fantásticos en la historia del Real Madrid, en el cual además ganó su oncena UEFA Champions League y rompió su récord –aún sigue sumando- de partidos consecutivos sin conocer la derrota.

Nada mal, si tenemos en cuenta que para muchos aún vivimos en la época del mejor Barcelona de todos los tiempos, el de Messi. Y no sólo por la efectividad del equipo, sino por la cuota de estética que invariablemente agregan a su juego.
Pero les tengo malas noticias a aquellos que adulan el fútbol culé: el Real Madrid es –ahora mismo- el mejor club del mundo.
El equipo de Cristiano Ronaldo, o de Zinedine Zidane. ¿Realmente importa? Lo que sí está claro es que los “merengues” se las han arreglado para subsistir y mantenerse fieles a su historia: un elenco ganador, contra viento y marea, aunque su juego no termine de convencer a lo más puristas del “Bernabéu”.
Párrafo aparte para CR7. El portugués rubricó un año maravilloso, y a su cuarto Balón de Oro podría sumar en enero el premio The Best, que otorga la FIFA. Y eso que no son pocos los que ya dan por muerta su carrera deportiva, algo que inevitablemente comenzará a ocurrir con el pasar de los años. Pero todavía no. El Terminator de Islas Madeiras sigue con el modo destrucción activado y el Madrid se beneficia de esto.
Imposible dejar de reconocer la mano de “Zizou” en este Real Madrid. Aquel fantástico jugador francés se ha convertido en un entrenador ganador de la noche a la mañana. ¿Qué aún tiene mucho que mejor y aprender? Hasta él mismo lo confiesa. Pero lo que está haciendo no es sencillo.
Su llegada al banquillo, como un plan emergente, suponía ser demasiado apresurado. Florentino Pérez se la jugó –más por quedar bien con la grada- y le ha salido de forma espectacular.
Zidane no sólo ha manejado al Madrid con maestría, sino que ha mostrado el mismo temple que tenía en sus días de futbolista. Desde una banca que tiene dinamita para los directores, contra todos los pronósticos, a veces sin el estilo más madridista, se las ha arreglado para superar y dejar atrás los momentos de crisis cuando todos los caminos futbolísticos señalaban hacia Barcelona.
En la época de un jugador como Messi, de sus acompañantes de gran valía y del estilo de juego ofensivo, abierto y espectacular que prevalecía y se imponía por toda Europa, ha vuelto a emerger el histórico Real Madrid, y nos ha dado una muestra de que es capaz de competir y subsistir ante lo que sea.
Aún hay confusión sobre si seguimos en los días del Barcelona o vivimos en la época de siempre: la de un equipo “blanco” legendario, poderoso y ganador.

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