Los cuartos de la Champions prometen emociones
Después de todo lo dicho sobre la “pobre”
fase de grupos en la
UEFA Champions League y cómo en esta hay muchos duelos disparejos,
llegó el momento en el que las cosas son bien distintas: en cuartos de final están
sin duda los ocho mejores equipos de Europa.
A eso le agrego un pequeño motivo de
satisfacción personal: mis cuatro candidatos (Bayern Munich, Real Madrid, Barcelona
y París Saint Germain) siguen en carrera. No sólo eso: el sorteo de los cuartos
de final dictaminó que todos podrían llegar a semifinales, ya que no habrá
cruces entre ellos.
De este cuarteto, dos fueron a
priori favorecidos por el sorteo, y remarco el a priori porque a esta altura
cualquiera tiene jerarquía para seguir adelante. Los otros dos, en cambio,
disputarán series de pronóstico muy equilibrado.
Los que parten con ventajas
En Barcelona-Atlético Madrid y París
Saint Germain-Chelsea me cuesta encontrar un favorito. Las dos series parecen
estar 50/50 y es muy probable que en la ida veamos partidos en los que nadie
hipoteque posibilidades y la principal preocupación sea conservar el cero.
El duelo entre Barcelona y Atlético
muestra paridad por donde se lo mire. En la Liga vienen peleando cabeza a
cabeza desde el arranque, junto al Real Madrid. Y los tres partidos en los que
se enfrentaron en lo que va de la temporada terminaron empatados, dos de ellos
sin goles.
Ninguno de esos tres encuentros fue
muy atractivo y es probable que el escenario se repita, con un Atlético al que
Simeone ha hecho frío y calculador al máximo. Pero es ese libreto justamente el
que lo hace tan peligroso, ya que espera con mucho orden y luego trata de
aprovechar al máximo las deficiencias defensivas de su rival.
Y es justamente la retaguardia el
punto vulnerable del Barcelona. Una deficiencia que queda disimulada en la Liga
por su tremenda capacidad ofensiva, pero en el continente, con defensas mucho
más pegajosas y cerradas, le cuesta más a los de Martino hacer pesar ese poder
de fuego.
Eso no quiere decir que Barcelona no
vaya a perseverar en su filosofía de conservar el balón. Pero esa manera de
jugar parece, después de tantos años y varios técnicos, haber encontrado su
techo. En muchos pasajes el equipo parece depender demasiado de lo que pueda
hacer Messi, quien por suerte parece haber vuelto recuperado física y
mentalmente.
Igual de cerrado aparece el
pronóstico entre PSG y Chelsea, aunque los parisinos no estaban en los papeles
de muchos antes de comenzar esta temporada.
En sus tres líneas muestran no
solamente nombres de máximo nivel, sino un funcionamiento aceitado: su defensa
es muy sólida, el mediocampo tiene circulación y variantes, y el ataque es
equilibrado y completo, además de contar con quien probablemente sea el mejor “9” de la actualidad, Zlatan Ibrahimovic.
Ante esto, el Chelsea probablemente
se plante a esperar, ya que tiene jugadores muy rápidos y un gran contragolpe,
con una transición rápida y precisa de defensa a ataque, y con un Eto'o que no
necesita demasiadas oportunidades para concretarlas en gol. El regreso de
Mourinho los revitalizó, pero la gran pregunta es cuánto más puede rendir un
plantel en el que sus grandes figuras como Terry, Lampard o el mismo Eto'o ven
cada vez más cerca el final de sus carreras.
Y el otro punto en el que podría inclinarse
la serie es el frente doméstico: mientras que PSG tiene una ventaja cómoda y
recambio para utilizar en la liga, Chelsea mira a sus rivales de reojo, más aún
cuando ni Liverpool, ni Arsenal, ni Manchester City tiene ya compromisos
europeos.
Dos series con favoritos
Si en las dos series anteriores
cuesta ver por dónde puede romperse la paridad, en las otras dos en cambio creo
que Real Madrid y Bayern Munich llevan las de ganar, en una proporción quizás
de 75/25.
Ambos enfrentan a rivales que han
bajado su nivel con respecto a la temporada pasada, lo que ha llevado tanto a
Borussia Dortmund como a Manchester United a no tener aspiraciones en sus
respectivos torneos locales.
Es curioso ver cómo se invirtió el
favoritismo con respecto al cruce del año pasado entre alemanes y españoles.
Aquella vez, el Dortmund llegaba en su plenitud y así se lo hizo saber y sufrir
al Madrid. Ya no es el caso, sin Goetze y con un Lewandowski distinto, e
incluso en su liga se le atreven equipos que antes no.
Ancelotti, en cambio, penó al
principio, pero le encontró la vuelta a un Real Madrid que crece semana a
semana. Encontró sus reemplazos, le empezaron a rendir refuerzos nuevos como
Bale y antiguos como Modric, Di María se sacrifica en el medio y tiene, por
supuesto, a un Cristiano Ronaldo superlativo.
Como no me canso de repetir, si no
hubiera sido contemporáneo de Messi hubiera ganado todos los Botines y Balones
de Oro. Esta temporada va por el récord de goles en la Champions que tiene,
justamente, Messi, y dispondrá como mínimo de dos partidos más para igualarlo o
superarlo.
Llegamos finalmente al mejor equipo
de Europa, en busca de algo que desde el AC Milan de fines de los 80 nadie
consigue: repetir. Y si hay alguien en condiciones de hacerlo, es este Bayern
Munich.
Mantuvo al plantel que jugó la final
los últimos dos años, le agregó un gran refuerzo como Goetze y llegó un técnico
ganador como Guardiola, que aun con todos los logros que traía de su etapa al
frente del Barcelona, respetó la identidad que ya tenía el equipo. Le dio
algunos toques personales, pero la filosofía sigue siendo la misma.
Ante este panorama, Manchester
United parece ser un convidado de piedra. Al contrario de su rival, no parece
tener el nivel individual ni el recambio necesario. Giggs, Evra y Rio Ferdinand
aportan todo lo que pueden pero el reloj les corre hace tiempo y la dependencia
de los de arriba es enorme. Para peor, de la dupla ofensiva solamente estará
Rooney, ya que la lesión de Van Persie ante Olympiakos lo dejó afuera de los
cuartos de final.
No parece ser este el año del
Manchester United y su técnico David Moyes, quien al menos puede ostentar un
logro que en los dos años previos no consiguió Sir Alex Ferguson: llegar a
cuartos de la Champions.
En definitiva, comienza el mejor
prólogo para el Mundial, ya que estarán todas las estrellas que luego se darán
cita en Brasil. Ojalá que eso se refleje en buen fútbol y, sobre todo, muchos
goles.
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