Por el Támesis a contracorriente


Yaimé Pérez es de las principales esperanzas de Cuba en el Mundial de Londres. Foto:iaaf.com 


Fiel a su tradición, el atletismo cubano se alista para tomar parte –como siempre lo ha hecho- en el XVI Campeonato Mundial de Atletismo al aire libre, que en esta ocasión será acogido por Londres, capital del Reino Unido.

A la ciudad que es atravesada por el río Támesis la armada criolla, que asistirá con 24 representantes (de ellos seis santiagueros), irá en busca de reivindicarse luego del fiasco del “deporte rey” en los Juegos Olímpicos Río de Janeiro 2016, donde el bagaje se redujo a una presea de bronce, con más de 40 atletas clasificados.
No hace falta ser adivino para pronosticar que esta vez será casi imposible acercarnos a actuaciones como la de Atenas 1997, donde se amasaron cuatro coronas, un subtítulo y un tercer lugar. Aquella gloriosa generación de la que formaron parte Javier Sotomayor, Ana Fidelia Quirot e Iván Pedroso, entre otros, acudió a la cita griega con 19 efectivos y 11 fueron finalistas en sus respectivas pruebas, para acumular 62 puntos, por supuesto, también lo mejor de la historia para Cuba.
Ahora la realidad es completamente otra. Las opciones de podio son limitadísimas, ya que solo la pertiguista Yarisley Silva, y las discóbolas Yaimé “La Rusa” Pérez y Denia Caballero aparecen como las únicas figuras con la solidez necesaria para asaltar la urbe británica. Del resto, habría que rezar, y mucho, para que alguno de los más jóvenes deje al mundo con la boca abierta.
Es cierto que, en la edición anterior, los caribeños “sacaron petróleo” con solo cinco finalistas (dos oros y una plata). Pero desde el 2015 hasta ahora las cosas no han cambiado para mejor.
El “brinco” de Pedro Pablo Pichardo y la baja forma mostrada por el vallista Dayron Robles reducen mucho más las posibilidades cubanas. Yarisley y Denia (justamente las campeonas de Beijing) estarán en suelo londinense, pero sus rendimientos en la actual temporada no han sido los mejores ni los más estables.

Yarisley es la actual reina mundia de la pértiga para mujeres. Foto:cubadebate.cu

Yarita, muy golpeada sicológicamente en el 2016, es la actual reina orbital de la pértiga para damas y ya nos tiene acostumbrados a actuaciones corajudas en los grandes eventos. Sus 4,81 metros, logrados en Oslo el pasado 15 de junio la sitúa en el pelotón de avanzada, pero tendrá rivales durísimas en la griega Ekateríni Stefanídi (4,85m), las estadounidenses Sandi Morris (4,84m) y Jennifer Surh (4,83m), la neozelandesa Eliza McCartney (4,82m) y la local Holly Bradshaw (4.80m).
En tanto, Denia –también monarca vigente y la ganadora del mencionado bronce en Río- ha estado alejada de sus mejores presentaciones y en este año solo puede presumir de un discreto 65,76 metros como mejor marca personal. Por esto, mi apuesta en el disco femenino es por la “La Rusa”.
La fornida santiaguera sí que ha acaparado la atención de muchos, más que todo por sus dos victorias sobre la fuera serie croata Sandra Perkovic. Yaimé envió su implemento hasta los 69,19m hace menos de un mes y en estos momentos parece ser el único escollo de Perkovic para escalar a lo más alto.
Obviamente, la favorita es la balcánica, y así lo demuestra su tope planetario de la campaña. Nada menos que 71,41m logrados hace apenas días en Suiza. Para que tengan una idea, esa marca es la mejor de los últimos ¡¡¡25 años!!!
Tampoco es prudente olvidar a otras consagradas que estarán en el estadio olímpico Reina Elizabeth, como son la australiana Danni Stevens-Samuels (66,78m) y la alemana Nadine Müller (65,76m).

Denia Caballero no ha tenido una temporada muy estable, pero su calidad no tiene duda. Foto:granma.cu

Y hasta aquí las clases. Para el resto de la comitiva de la Mayor de las Antillas subir al podio sería casi un milagro. Aun así, más de uno está en condiciones de incluirse entre los ocho finalistas y aportar valiosos puntos.
Tal vez este sea el caso del decatlonista Leonel Suárez y la heptalonista Yorgelis Rodríguez.
Leonel ya no es el mismo que tiempo atrás logró premios mundiales en Berlín ’09 y Daegu ‘11, pero con su rendimiento en la reciente cita bajo los cinco aros (sexto con 8640 puntos) demostró que a pesar de las lesiones todavía hay que contar con él. En este 2017 su mejor acumulado es de 8214, pero el decatlón no está en épocas de esplendor, así que rozar los 8500 podría significar una medalla.
Los argumentos de Yorgelis son otros. Con solo 22 años la guantanamera tiene ya dos participaciones mundialistas, un título panamericano y un séptimo lugar olímpico en Río con 6481 unidades. Este año se acercó a esa cifra al estampar 6446 y de mantener su estabilidad bien podría incluirse entre las ocho mujeres que disputen los primeros lugares.
También podría llegar a la Final al menos uno de los cuatro triplistas (tres hombres y una mujer). El hueco de Pichardo es casi imposible de llenar ahora mismo. Pero talento hay y el que más papeletas tiene es Andy Díaz, quien ya se estiró en La Habana hasta los 17,40 metros.
Tampoco se pueden descartar a Cristian Nápoles y Lázaro Martínez, ambos con registros por encima de los 17 metros este año, aunque todos están muy alejados de los favoritos estadounidenses Christian Taylor (18,11m) y Will Claye (17,82m).
La otra opción posible es el relevo masculino del 4x400 metros (del cual forma parte el santiaguero Osmaidel Pellicier), la única posta cubana que obtuvo la clasificación al Mundial.
Su condición de finalista en los Juegos Olímpicos y el último torneo universal fue reafirmada por su quinto puesto en el campeonato del orbe de relevos, celebrado en Bahamas. Tendrá, eso sí, que hilar bien fino para evitar la descalificación y parar el reloj en un crono cercano a los tres minutos si pretende incluirse entre las cuartetas aspirantes a correr la Final.
A partir de aquí las posibilidades son mínimas. Algunos, como los noveles saltadores de longitud Juan Miguel Echavarría (8,19m) y el indómito Maykel Massó (8,33m), y la irregular ochocentista Rose Mary Almanza (1:59.93 minutos) tendrán que firmar la competencia de sus vidas.
Otros, como los vallistas largos y cortos, la mayoría muy verdes para estas lides, tratarán cuando más de mejorar sus tiempos y sembrar sus nombres en las selecciones nacionales futuras. Y otros, como las santiagueras Yaniuvis López (lanzamiento de la bala/18,41 metros) y Dailín Belmonte (maratón), junto al también corredor de largas distancias Richer Pérez, irán al Mundial, más que todo, como premio por sus respectivas clasificaciones.
La cosecha mundialista de la Isla es de 55 medallas: 21 oros, 23 platas y 11 bronces. Engordar estas cifras se antoja complicado ahora mismo. Más importante es utilizar este evento como punto de partida para tomar decisiones que ayuden al atletismo cubano en el nuevo ciclo olímpico y sus competiciones intermedias.

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