El Mundial de la paridad (+fotos)
La lógica se terminó imponiéndose en los octavos de final
del Mundial de Brasil 2014 los ocho ganadores de los grupos, además fueron los
equipos que, de una manera u otra, partían como candidatos.
Pero también sucedió algo que habían anticipado muchos: a
ninguno de los clasificados a cuartos de final le sobró nada. Los ocho partidos
fueron muy parejos y la diferencia estuvo en detalles, en instantes clave. A
esta altura del Mundial, cuando solamente quedan los mejores, las diferencias
son muy pequeñas y probablemente se sigan achicando de acá en más.
Es en ese escenario donde los candidatos tienen las de
ganar, por más que, por momentos, la pasen mal y hasta parezca que están al
borde de la eliminación. Por algo en los ocho partidos los que ganaron fueron
los lógicos: entre la historia, la experiencia, el peso de sus figuras y otros
factores en los que tienen un plus, consiguen inclinar la balanza. Esas
pequeñas ventajas que tienen los grandes se transforman en decisivas, tanto por
jerarquía individual como por funcionamiento colectivo.
Pueden ser destellos de las grandes estrellas los que
definan un partido, como la combinación entre Messi y Di María que rescató a
una Argentina que no podía abrir el cerrojo suizo. O los que le cambian el
rumbo y lo abren, como lo hizo el golazo de James Rodríguez cuando Uruguay
tenía neutralizado a Colombia. O la personalidad, como el caso de Neymar para
patear el quinto penal de Brasil ante Chile.
Puede ser también lo que genera un conjunto en su
totalidad y de manera sistemática. Por más que hayan ido al alargue, tanto
Alemania como Bélgica habían sido superiores a Argelia y Estados Unidos,
respectivamente. Y la confianza en las propias fuerzas también es clave, como
le sucedió a Holanda ante México: nunca se dio por vencida, y así a dos minutos
del final y luego en el descuento tuvo el premio que merecía.
Entrando a cuartos de final, nos encontramos con
solamente un partido en el que a priori hay grandes diferencias: Holanda-Costa
Rica. Los otros tres partidos pintan muy parejos, al menos por lo que han
mostrado los contendientes hasta ahora.
Una vez más, la lógica indica que las semifinales
deberían ser Brasil-Alemania y Holanda-Argentina. Pero antes hay mucho camino
por
recorrer.
FRANCIA-ALEMANIA
Mirando lo hecho por una y otra, la paridad es enorme.
Ganaron
dos y empataron uno en sus grupos, donde fueron claros líderes. Y sufrieron más de la cuenta ante rivales africanos que, basados en grandes
actuaciones de sus arqueros, los mantuvieron en cero hasta el final o hasta el
alargue.
De ambos lados hay futbolistas de buen pie y potencial
goleador. Francia con Benzema, Giroud, Pogba y Griezmann; Alemania con Goetze,
Müller, Ozil, Kroos, Schweinsteiger... y nos quedamos cortos nombrando a
aquellos que pueden generar juego y también llegar a posición de anotar. Buen
fútbol no va a faltar, eso seguro.
En todo caso, veo una pequeña ventaja a favor de Francia
A pesar de esto no
podemos olvidar que los galos tienen un complejo ante los alemanes, que en
instancias decisivas parecen doblemente difíciles de vencer. Pero es cierto que
las rachas están para ponerles fin. ¿Será que esa historia queda
definitivamente atrás el viernes?
BRASIL-COLOMBIA
El análisis de este
cruce empieza en el lugar en el que dejamos el anterior: por la historia.
Si ese fuera el único
criterio, aquí claramente el favorito sería Brasil. Por antecedentes
mundialistas y entre ellos, por la localía y mucho más. El problema para Brasil
es que, a la hora de jugar, no hay mucho más, y quizás haya habido mucho menos.
Si uno se abstrae de lo histórico, hoy por hoy los argumentos colombianos son
más y mejores.
Colombia se mostró
sólido como equipo y compensó la ausencia de su gran figura (Falcao) con la
aparición de otras (Cuadrado y James Rodríguez). Además, tiene altos
rendimientos individuales en cada línea y sincronización de conjunto tanto para
defender como para atacar.
Brasil, en cambio,
perdió la organización defensiva sobre la que Scolari construyó su equipo.
Tiene un mediocampo que deja dudas en la tarea de contención y que no consigue
tener la pausa necesario para que arriba haya algo más que vértigo. Y eso que
Neymar apareció en varios momentos clave, a diferencia de quienes como Oscar,
Jo, Fred y Hulk deberían cargar con mayor parte de las responsabilidades en el
ataque.
A Brasil claramente
le falta tanto un cinco clásico como un generador de juego. El eje
Fernandinho-Paulinho, la dupla que seguramente jugará ante la ausencia de Luiz
Gustavo, no debería resolver el primer problema. David Luiz en esa posición
podría hacerlo, pero sería sacar de la defensa al que hasta ahora fue el hombre
más confiable.
En cuanto a la
transición demasiado acelerada, seguramente siga sucediendo al no contar con
nadie que cumpla la función de “10” (Diego podría haber sido alguien ideal).
Los laterales hasta ahora no han sorprendido y, de hecho, también han dejado
serias dudas cuando se proyectan y dejan sus espaldas descubiertas.
Colombia hoy tiene
más fondo de juego y ha sufrido menor desgaste físico y emocional. No hay que
olvidar que Brasil, además del alargue y los penales ante Chile, no pudo
resolver el planteo de México y también la pasó mal, por momentos, ante Croacia
y Camerún. Todo eso es peso acumulado a medida que avanza el torneo, aunque
sobrevivir también puede tener el efecto positivo de llevar a un equipo a no
regalar nada.
En definitiva, espero
un gran partido de fútbol entre dos selecciones que tratan bien la pelota y
buscan proponer más que detener. El desarrollo será clave, ya que un gol de
entrada debería abrir el partido y llevarlo a un golpe a golpe, mientras que un
cero prolongado le pondrá más y más presión al local.
Pero hay algo
clarísimo: Brasil tendrá que elevar al menos un tono su nivel si quiere llegar
a la última semana como protagonista y no como espectador.
ARGENTINA-BÉLGICA
Argentina también
está como Brasil: la historia está a su favor pero el presente equilibra la
balanza y, sobre todo, necesitará dar un poco más de lo que dio hasta ahora si
quiere ratificar esa condición de favorita. Le ha sido difícil a Argentina
resolver sus partidos y Bélgica no será la excepción.
Los futbolistas
belgas manejan muy bien la pelota pero también son muy prácticos cuando se
necesita realismo más que creatividad. Demostró tener velocidad de sobra para
explotar los espacios que le pueda dejar un rival necesitado de ir al ataque.
Atrás tienen mucha experiencia y un arquero como Courtois que está, sin dudas,
entre los mejores del mundo.
El margen de error de
Argentina se reduce partido a partido. A Suiza le faltó la frialdad necesaria
para resolver un par de situaciones que podrían haber cambiado la historia.
Bélgica no da la sensación de que perdone tanto.
De cualquier manera,
el equipo argentino ha propuesto y ha ido a buscar en todos sus encuentros, así
es como los terminó sacando adelante. Messi y Di María son siempre factor de
desequilibrio, y si además mejoran algunos rendimientos individuales, el
funcionamiento colectivo lo hará también y ahí Argentina debería hacer pesar la
lógica.
HOLANDA-COSTA RICA
El partido que
cerrará los cuartos es el que a priori vemos más disparejo. Holanda no
solamente tiene más historia sino también más presente, por más que Costa Rica
haya dejado atrás en su grupo a tres campeones mundiales. Pero ese esfuerzo
pareció dejar su huella y, ante Grecia, los ticos terminaron con lo justo, con
el esfuerzo agravado de haber jugado un buen rato con un hombre menos.
Es cierto que arriba
Costa Rica tiene la velocidad necesaria para explotar la falta de
sincronización de la última línea holandesa, que además sufrirá la ausencia de
De Jong, el hombre que generalmente les hacía de trinchera. Igual no parece
suficiente para dominar a un equipo con un peso ofensivo impresionante.
Holanda no solamente hizo
menos gasto: también salió reforzado psicológicamente tras dar vuelta un
partido increíble ante México. Pero ahí el punto no fue Holanda sino México,
que no puede romper con la maldición de los octavos de final. El “ya merito”
parece haberle ganado una vez más al “sí se puede”, porque el Tri se quedó a
dos minutos nomás de hacer historia.
Me cuesta entender
qué pasa por la cabeza de los jugadores mexicanos que no terminan de dar el
salto. Como no me canso de repetir, tienen todas las condiciones para hacerlo
de una vez: un gran país de fútbol merece ese quinto partido.
Comentarios
Publicar un comentario