¿Alcanzarán las fuerzas?

Edilse Silva lidera actualmente a los bateadores del campeonato                                  Foto: Jorge Luis Guibert


Recuerdo aquellos años, en la década del noventa del siglo pasado, donde la rivalidad entre las novenas de Santiago de Cuba y Villa Clara estaba en su mayor expresión. Esos Azucareros donde militaban jugadores como Víctor Mesa, Jorge Luis Toca, Oscar 0Machado, Eliecer Montes de Oca, entre otros tantos, privaron a la afición santiaguera de disfrutar de unas cuantas Finales.

El dominio de los “naranjas” sobre las Avispas era tal, que llegó el momento en el que muchos decían: “¿‘Santiago’ ante Villa Clara? Olvídenlo, hasta ahí llegamos”.
Afortunadamente, para los parciales indómitos esa historia comenzó a cambiar cuando las dos versiones de la bien llamada Aplanadora comenzaron a aplastar a cuanto rival se les ponía enfrente. Así y todo, los villaclareños –ya dirigidos por Víctor Mesa- se las arreglaron para aguarnos la fiesta en par de temporadas. Pero el dominio no era igual, la historia ya estaba mucho más equilibrada.
En la actualidad, todo eso es historia. Claro, siempre quedará aquello de la eterna batalla entre los cuatro grandes (Pinar del Río, Industriales, Villa Clara y Santiago de Cuba) o, mejor dicho, de los cuatro históricos, porque ahora mismo no me queda muy clara esa grandeza.
Hoy en día el azote de los indómitos es Mayabeque. Los Huracanes nos han pasado escobas, nos ha dejado fuera de la clasificación, quitado esperanzas. En fin… nos han hecho casi de todo desde que la antigua provincia Habana se dividió y comenzó a existir el territorio mayabequense como tal.
Hace uno días, cuando los Huracanes barrieron con las Avispas, un fiel seguidor del elenco “rojinegro”, a través de la red social Facebook, me comentaba que en el futuro la Comisión santiaguera de béisbol, debería pedir que les ubicaran a Mayabeque en la primera subserie de la temporada, para así salir de esta y de ahí poder concentrarnos en el resto de los rivales.
Lógicamente, el mensaje venía cargado con una alta dosis de decepción por haber recibido ese peligroso correctivo en la joven provincia occidental. Y si lo miramos desde otro ángulo, tal vez sea el precio que deben pagar los muchachos del profesor Eriberto Rosales por haber llenado de ilusión a su fanaticada.
A Mayabeque llegaron los de la “tierra caliente” en la tercera plaza y con opciones reales de clasificar entre los cuatro primeros. Y tres días después amanecieron sumergidos en un mar de dudas y más cerca de quedar fuera del grupo de los ocho, que del cuarteto de vanguardia.
Pero bueno, ya eso quedó atrás. Ahora toca mirar hacia lo que nos queda -que no es mucho- para hacernos de un huequito, como mínimo, en los play-off de comodines.
Los dos primeros duelos ante los Elefantes de Cienfuegos nos dejaron las victorias 20 y 21, que junto a las 16 derrotas sufridas ubican a la nave indómita en la sexta plaza, a dos y medio del primer lugar (Ciego de Ávila, con 24-14), a uno del cuarto (Mayabeque, 22-15), y uno y medio por arriba del octavo (Artemisa, 19-17).
Como ven, no es una situación insalvable, pero me preocupan, sobre todo, la poca efectividad del pitcheo de relevo, la pésima defensa (como ha sido a lo largo de todo el torneo) y que, al bateo, que en mi opinión es lo que nos ha traído hasta aquí, le alcance la gasolina para esta recta final. 
Veremos entonces de qué están hechas estas Avispas y si logran reponerse los aguijones para picar a Gallos y Piratas. Solo así seguirán con vida. Nos vemos en el “Guillermón”.

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