“Santiago” se acostumbra a perder
Recientemente llegó
a mí poder una carta del lector Manuel Amondaray Álvarez, en la que -con bases de
sobra- me transmitió sus consideraciones acerca de la actualidad del béisbol en
Santiago de Cuba y en el resto del país, la cual no es muy alentadora que
digamos.
Para tomar su
misiva como punto de partida de este comentario, les propongo analizar la
actuación de las Avispas en la 55 Serie Nacional, de la cual ya fueron
eliminadas con la peor actuación de un equipo de esta provincia en la historia
del principal pasatiempo de la Isla, condenados al lugar 13 entre los 16
elencos participantes.
Solo 15 victorias
pudieron sumar los dirigidos técnicamente por el estratega Alcides Sánchez en
45 salidas al terreno. Muchas de estas se saldaron por diferencia mínima, en
extrainnings, o peor, luego de desperdiciar una ventaja previa.
Casi todo fue un
desastre para la nave “rojinegra” en esta campaña, al extremo incluso de perder
el factor de la localía. O sea: los indómitos fueron el peor home club de todo
el campeonato, con solo seis éxitos, los mismos que Artemisa, pero con tres
derrotas más (15) que los occidentales.
Puede que la
realidad actual de los santiagueros no sorprenda a nadie. Basta con decir que
en las seis últimas Series muestran saldo negativo de 188-220. ¡Quién lo diría!
Y lo peor es que el
hecho de perder se ha convertido en costumbre. Así lo transmite el grupo, y así
lo capta la afición, que día a día comienza a mirar al “Guillermón Moncada” –acostumbrado
a brillar en play-offs y disputas de campeonatos- como un almacén de calvarios.
Las ausencias por
diversos factores han hecha mella, y eso nadie lo debe dudar, pero no alcanzan
para tapar todos los males, pues novenas como Pinar del Río, Sancti Spíritus,
Villa Clara y Cienfuegos, por solo mencionar algunos, también añoran a varios
de sus talentos que ya no están. Y así y todo, se las agenciaron para quedar
por encima de los montañeses. Incluso algunos de ellos hasta lograron clasificar.
Los números colectivos
no fueron tan malos, al menos no para lo alcanzado. El bateo fue lo mejor, con
un buen 284 (277 como media del campeonato), válidos para ser quintos del
torneo; el pitcheo rozó las cuatro limpias por juego (3,99/ 3,87 la media) y la
defensa fue el punto más bajo con 971 de promedio. Si bien no son el idilio,
bastaban para pelear la clasificación.
Así las cosas, otros
fueron los factores que incidieron. No soy quien para acusar al equipo de una
mala preparación o de falta de compromiso. Eso llevaría una indagación más
profunda y podría pecar de difamador.
No se trata de
hacer leña del árbol caído, pero la imagen que dejó “Santiago” en esta 55 Serie
distó, y mucho, de lo que se espera de un equipo que viste una de las
chamarretas más exitosas de la pelota cubana.
Incluso, como
santiaguero, tuve que soportar escuchar por las transmisiones nacionales cómo
se hacían pronósticos de las últimas subseries, donde enfrentar a las Avispas
era, y cito textualmente, “un compromiso fácil”. Lo peor es que la despedida de
los indómitos de esta campaña fue irreconocible. Ni siquiera el hecho de
saberse fuera de la pelea evitó que dos equipos ampliamente dominados
históricamente por los nuestros como Holguín y Guantánamo les pasaran la escoba.
En fin… no queda otra que ver algunas de los
peloteros montañeses reforzar las novenas sobrevivientes y esperar, un año más,
para ver si las Avispas activan su gen ganador y devuelven algunas de las
alegrías prometidas.
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