Lo mejor entre lo peor
El Big Ben marcó la
campanada final para el Mundial de Atletismo Londres 2017. Un evento que no
estuvo matizado por marcas astronómicas, pero que sí dejó más de un duelo
interesante y, por supuesto, será recordado por el adiós de uno de los titanesde este deporte, el jamaicano Usain Bolt.
En los homenajes al
hombre más rápido de todos los tiempos y al del ídolo local, Mo Farah (se dice
que cambiará para la maratón), Cuba estuvo presente con 27 efectivos que
cuajaron la peor actuación de la Mayor de las Antillas en cuanto a medallas
obtenidas.
Solo un metal bronceado (lugar 38) alcanzaron
los caribeños, gracias a la siempre competitiva Yarisley Silva en la garrocha. Únicamente
en Helsinki 1983 se terminó con una presea, y fue de plata, por intermedio de
Luis Mariano Delís, en el lanzamiento del disco.
A pesar de esto, la
participación ha de juzgarse más allá de las medallas y en ese sentido no puede
tildarse de desastrosa. La suma de 35 puntos y el puesto 14 en la tabla general
nos demuestra que se logró superar lo hecho en las dos ediciones precedentes;
ya que, en el 2015, con cinco finalistas, se sumaron 30 unidades; al tiempo que
con siete finalistas en el 2013 el cúmulo fue de 32.
La discóbola santiaguera Yaimé Pérez (cuarta
con 64,82 metros) nos rompió el corazón a varios que la esperábamos ver escalar
su primer podio en competencias “grandes”, pero la indómita volvió a demostrar
que a la hora de la verdad le falta aplomo y, más que todo, confianza en sus
potencialidades para dar el salto que hace años se espera de ella.
La otra gran esperanza que teníamos de presea
era Denia Cabllero, también en el disco, pero su quinta ubicación no hizo más
que confirmar lo que había mostrado durante toda la campaña. No hay
justificaciones, ellas fueron la gran decepción de la tropa cubana.
Yarisley Silva ganó la única medalla de Cuba en el Mundial de Londres |
Ahora bien. No todo fue
oscuridad para los antillanos. Entre los aspectos positivos que pudiéramos
considerar destaca la juventud y el talento de las figuras que deben tener
mayor protagonismo en este ciclo que concluye en las Olimpiadas de Tokio 2020.
Cuba apostó por los
jóvenes, nos invitó a mirar al futuro y, en mi modesta opinión, acertó. Los
muchachos se proyectaron con muchas ganas y vivieron una experiencia al más
alto nivel que ha de servirles para sacar todas las lecciones posibles de cara
a los compromisos que, con mayor protagonismo, han de asumir en lo adelante.
Sin me preguntan por lo
mejor de la Isla, sin pensarlo digo que fue la heptalonista Yorgelis Rodríguez,
que se guardó lo mejor del año para la cita fundamental de la temporada. Nada
menos que su propio récord nacional con 6 594 puntos. ¡Excepcional!
Algo llamativo es que,
de nuestros 22 deportistas, solo cuatro alcanzaron su mejor registro del año en
este Mundial. Preocupante el detalle, pues uno imagina que este evento, el
principal de la temporada al aire libre, es donde debe producirse el pico en el
rendimiento, según los planes de entrenamiento.
Más no se les puede
pedir a las postas 4x100m y 4x400m masculino, pues con una sola competencia
previa a la cita londinense, el certamen del orbe de relevos en Bahamas,
marcaron sus mejores cronos.
En resumen, otra vez las mejores incursiones de los cubanos se
produjeron, mayoritariamente, en eventos de campo. Algo similar ocurrió hace un
mes en el Campeonato Mundial para menores de 18 años. Por lo tanto, la
situación de las pruebas de la pista es lo que más preocupa, pues la mejoría no
se vislumbra. Le queda mucho por hacer al “deporte rey” cubano, pero sus nuevas
figuras nos convocan a no perder la fe. Han de venir tiempos mejores.
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