Algún día tocaba perder
Por causa de la defensa se les escaparon algunas victorias a las Avispas Foto: Daniel Houdayer |
No se les puede
recriminar nada a las Avispas sub-23, que murieron -como se dice en buen
cubano- con las botas puestas en la V Serie Nacional de Béisbol de la
categoría. La tropa indómita se quedó sin opciones para avanzar a los play-off de la lid, y tendrá que ver
cómo un nuevo inquilino se adueña del trono que ocuparon en las dos últimas temporadas.
Los “rojinegros”
hicieron todo lo que estaba a su alcance para seguir con vida y le pasaron la
escoba, de visitantes, a Guantánamo. Sin embargo, los Leñadores de Las Tunas hicieron
lo mismo ante Camagüey y se acabó la que se daba.
En definitiva, serán
el sorprendente Granma (27-13) y los tuneros (26-13) los que disputen el título
de la zona oriental. Para “Santiago” quedó un meritorio tercer puesto en el
grupo del Este cubano con balance de 24-15.
Ahora bien, imagino
que, después de quedar fuera del podio de premiaciones, muchos se preguntarán cómo
catalogar la actuación de los muchachos que fueron dirigidos en buena parte del
certamen por el profesor Eriberto Rosales (no estuvo en los últimos partidos,
ya que formó parte del curso para directores de la próxima Serie Nacional de
mayores).
Sin chovinismo de
ningún tipo, yo les doy un siete, si tomamos como patrón que 10 es el máximo. Y
les voy a explicar en qué me baso.
Para este año las
Avispas menores de 23 abriles perdieron a muchos de sus principales jugadores,
en gran parte, porque ya cumplieron su ciclo en esta categoría, algo que es
completamente comprensible. Además, el que debía ser el principal pitcher del
elenco, Carlos Fong, fue convocado a la Serie Especial, así como el campo corto
titular, Ricardo Ramos.
Los montañeses
también tuvieron que sobreponerse a las ausencias de su cuarto madero Lionard
Kindelán, a la lesión de su principal bateador y capitán Yeri Martínez (solo
pudo participar en 12 juegos), y del que debía ser –dada la no presencia de
Fong- su as en el staff de pitcheo,
Digney Arévalo (intentó salir del país).
Para colmo, el área
de los lanzadores, que era la que todos los especialistas y entrenadores daban
como la mayor fortaleza del conjunto, estuvo de lágrimas, con un promedio de
carreras limpias por cada nueve entradas de 4,15 (media del campeonato 4,00).
En el control radicó la principal deficiencia y así lo demuestra la cantidad de
ponches (184) con respecto a la de boletos (179) en 331,2 innings de la
actuación.
La defensa fue aún
peor .952 (promedio de .963 en el campeonato), con 72 pifias en 39 desafíos.
Incluso, fue el equipo al que más bases le robaron, con 36 en 56 intentos.
Solo el bateo se llevó
aplausos en el “Guillermón Moncada”, al conectar para un .297 colectivo que
estuvo muy por encima de la media de .265 del torneo. A esto hay que sumarle
los 65 dobles (líderes), 15 triples (segundos), 21 jonrones (terceros) y 260
carreras producidas (líderes).
Fue también una Serie
para ver en acción a varios de los talentos más jóvenes que tiene la provincia,
como el jardinero Francisco “Paqui” Martínez (de 140-46 .329, 11 dobles, seis
cuadrangulares, slugging de .564, OBP
de .489, 28 fletadas y 39 anotadas, en este último departamento, líder del
campeonato).
Otros que brillaron
fueron el infilder Marlon Serrano (149-53
.363, slugging de .507 y OBP de .404),
el toletero Alejandro Sánchez (142-46 .324, 15 extrabases y 35 traídas hacia el
plato) y el explosivo Santiago Torres (142-54 .380, slugging de .556 y OPS de 1.024).
Aún falta porque se realicen una buena cantidad de
juegos suspendidos, así que no podemos saber si en definitiva “Santiago” será
quinto o sexto en la tabla general. Un lugar que, si bien no llena de
satisfacción a los seguidores indómitos, tampoco demerita la actuación del
equipo sub-23. Nada, algún día tocaba perder. Ahora, tampoco debemos hacer de
esto una costumbre.
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