“En las Olimpiadas, cuatro años se reducen a seis minutos”

Gabriel logró su clasificación olímpica en Ottawa / Foto: Tony Rotundo

Tras un 2019 fulgurante, el luchador del estilo grecorromano Gabriel Alejandro Rosillo Kindelán (-97 kilogramos) tuvo que ponerle pausa a su ascenso vertiginoso, a causa de la expansión de la Covid-19 por todo el planeta.

Avalado por sendas coronas –en las categorías sub-18 y de mayores- en los Campeonatos Panamericanos de Lucha, la campaña anterior fue consagratoria para el talentoso gladiador de Santiago de Cuba, luego de alcanzar el metal dorado en la cita continental Lima 2019 y el cetro universal juvenil, conseguido en la lid que se desarrolló en Tallinn, Estonia.

Estos resultados le valieron para ser elegido como el Novato del Año del deporte cubano en el 2019 y en aquel momento comentó que “estar en Tokio 2020 sería un sueño, porque mi mayor meta es tocar la gloria olímpica”.

Antes de que el nuevo coronavirus provocara la avalancha de eventos suspendidos o reprogramados, Rosillo viajó junto al resto de los integrantes del equipo nacional cubano de lucha a la ciudad de Ottawa, Canadá, donde se celebraron par de eventos, el Campeonato Panamericano y el Torneo Preolímpico de las Américas.

Fiel a su calidad, Gabriel escaló al podio en los dos certámenes y, si la pandemia lo permite, podrá hacer su sueño realidad.

“Entrenamos muy duro para alcanzar un buen resultado en Canadá y las cosas me salieron bastante bien, aunque solo pude ser segundo en el Panamericano, tras caer en la Final frente al estadounidense Tracy Hancokc. Una semana después tomé desquite en el Preolímpico y lo derroté en la Final, cuando ya teníamos garantizados los boletos para la Olimpiada”, confesó Rosillo Kindelán.


Rosillo es la principal figura de Cuba en los -97kg / Foto: Alejandro Cebreco

Y continuó: “Antes de viajar a Ottawa tuve una lesión de rodilla y tobillo, pero gracias a la atención que recibí por parte de los especialistas de Medicina del Deporte en La Habana pude hacer el periplo recuperado. Sin embargo, antes del Preolímpico sentí una pequeña molestia y por eso tuve que pelear con una protección en la rodilla, pero nunca dudé, me dije ‘si se va a romper que lo haga, pero va a tener que esperar a que clasifique’”.

De físico imponente y de exquisita técnica, que le permiten desempeñarse con soltura tanto parado como en el piso, el indómito de solo 21 años aseguró que: “El 2019 fue el mejor año de mi corta etapa como deportista, con títulos y reconocimientos a nivel nacional e internacional. Trabajé mucho y los resultados salieron sobre el colchón, por eso es que no me relajo cuando se trata de mi preparación física y mental”.

Con respecto a la que puede ser su primera experiencia en citas estivales, argumentó: “Estoy seguro de que será un momento único y por eso tengo que darlo todo, porque una vez que subes al colchón en un evento como esos, cuatro años de esfuerzo se reducen a seis minutos, y es muy duro desperdiciar tanto trabajo y sacrificio”.

Según ya fue anunciado por la Comisión Nacional de Luchas, el primer día de agosto se retomarán los entrenamientos y hasta la fecha se prevé celebrar el certamen nacional en noviembre venidero, en la ciudad de Santiago de Cuba, donde solo se competirá en la versión convencional de los estilos libre y grecorromano, por lo que no tendrán acción los atletas discapacitados y tampoco se pugnará por provincias como ha sido tradicional.

“Será mi primera competencia frente a la gente de mi ciudad natal y eso me pone más nervioso que cualquier otro torneo. Si no gano aquí en ‘Santiago’ no puedo ni asomar la cabeza por mi barrio”, concluyó sonriente Gabriel Alejandro.

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