¿Qué más tienen que hacer?


Los santiagueros estarán en la Final por segunda ocasión consecutiva. Fotos:Jorge Luis Guibert


Las Avispas de Santiago de Cuba tendrán la posibilidad de convertirse en el primer bicampeón de la Serie Nacional de Béisbol sub-23, luego de clasificarse para la Final de la cuarta edición del certamen, con categórica barrida de dos juegos por cero ante los Cachorros de Holguín.

En más de una oportunidad, los escépticos pronosticaron que la nave que muy bien ha pilotado el estratega Heriberto Rosales perdería el rumbo. Y en cada una de estas, los indómitos han respondido como lo que son, el mejor equipo de esta lid en la actualidad.
Primero decían que los santiagueros solo ganaban porque estaban en un grupo que les quedaba “chiquito”. Pues nada, esta vez el calendario los puso cara a cara con los cuatro elencos de la llave C y el saldo (sumando todos los resultados) fue favorable a los de la “tierra caliente”, 10-6. Nadie, absolutamente nadie, les pudo arrebatar una subserie.
De más está decir que fueron los que más ganaron en toda la fase regular con 28 sonrisas, y si a eso le sumamos los dos triunfos ante los holguineros en el duelo semifinal, la cifra llega a la treintena de éxitos.
Después llegaron otros “sabiondos” afirmando que las ausencias de Oscar Luis Colás (contratado en Japón), Ulfrido García y Yoelkis Guibert (estos dos últimos preseleccionados para el equipo cubano que participará en la Liga Can-Am) los liquidaría.
Por supuesto que esos tres pilares son huecos difíciles de tapar, pero entonces se crecieron hombres como Lionard Kindelán (con sus 11 jonronazos implantó una marca para estas Series, además de liderar las carreras impulsadas con 45), el capitán del conjunto Sergio Barthelemy (.345 de average ofensivo, con 12 extrabases y OPS de .918), Santiago Torres (.331) y Dasiel Sevila (.331); quienes de conjunto con el debutante Francisco “Paqui” Martínez y el fornido Yeri Martínez mantuvieron el panal funcionando a las mil maravillas.

Lionard Kindelán lideró el torneo en jonrones y carreras impulsadas

El pitcheo puede que haya sido el punto más discreto de las Avispas, pero el 3,37 de efectividad colectiva no es tan alarmante, menos si tenemos en cuenta que entre todos dejaron con el madero al hombro a 209 rivales. Eso sí, las bases por bolas superaron el centenar (123), pero este mal es algo generalizado en la pelota cubana en todas las categorías.
La defensa, con su .975 de promedio fue la mejor de los 16 elencos participantes en el torneo, con 38 pifias en 40 partidos.
Ahora, en la Final, que comenzará el próximo viernes, espera el Villa Clara del mentor debutante Ariel Pestano, quienes despacharon a Matanzas igualmente por la vía rápida (dos juegos por cero) en la semifinal occidental.
Por cierto, Guibert sí estará para el duelo por la corona, pues en definitiva no logró entrar en la nómina caribeña para la experiencia en suelo canadiense. Así que tendremos mucha más pólvora para retener el trono.
De todas formas, ganen o pierda, la pregunta que me hago es: ¿qué más tienen que hacer estos muchachos para que les den la responsabilidad de vestir la chamarreta del equipo de mayores en la Serie “grande”?
Es cierto que nada tiene que ver la Sub-23 con el certamen de mayores, pero qué podemos perder. En definitiva, hace años que el equipo “rojinegro” tocó fondo y los que han estado hasta hoy no lo han logrado sacar de ahí. Yo soy de los que piensa que estos chavales pueden dar mucho de qué hablar en la 57 Serie Nacional.
La cuestión es si se atreverá Orestes Kindelán en su estreno como manager. Yo creo que sí, porque si algo ha caracterizado al Tambor Mayor es la osadía. A otros directores les costó, incluso, el cargo; pero con “El Kinde” no va eso. Prestigio le sobra y otros atributos también. Vamos campeón… dale la bola a los chicos, que seguro estoy no te van a hacer quedar mal.

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