El 46 por el 64
Eriberto Rosales (con el 64) sustituirá a Kindelán como manager de las Avispas Foto: Jorge Luis Guibert |
La noticia –si es que
aún se puede catalogar como tal- no debe tomar de sorpresa a muchos, pues hace
semanas que circulaba por varios medios. Solo faltaba el punto final, la oficialidad.
Orestes Kindelán no dirigirá a las Avispas de Santiago de Cuba en la 58 Serie
Nacional de Béisbol.
El Tambor Mayor deja
su puesto, tras una larga espera en el desenlace final de esta novela, al
sucesor más lógico e idóneo, Eriberto Rosales, el hombre que le ha dado los mejores resultados a la pelota indómita en lo últimos años, aunque estas hayan
sido en la categoría sub-23. Algo así como un “enrosque” del 46, al 64, si
tomamos como referencia los dorsales que utiliza cada uno.
El artífice del bicampeonato
en el torneo para menores de 23 abriles se convertirá de esta forma en el sexto
manager de los “rojinegros” en la última década. Muchos, demasiados en tan poco
tiempo, lo cual demuestra que algo pasa con los proyectos en el “Guillermón Moncada”.
Por el principal
asiento de la nave santiaguera, que parece tener dinamita, han desfilado
Alcides Sánchez (en par de mandatos), Luis Danilo Larduet, Evenecer Godínez, Reutilio Hurtado y Kindelán.
No soy de los piensan
que un mal resultado en un campeonato debe terminar -necesariamente- en un
cambio de director. A los managers hay que dejarlos trabajar, darles tiempo a
que puedan inculcarle su idea de juego al grupo de peloteros que dirige. Hay
que aplaudirles cuando acierten y tenerles paciencia para que rectifiquen el
camino.
Ahora, si el líder no
tiene empatía con los muchachos y su plan no muestra señas claras de ir en
ascenso, entonces lo más recomendable es dar un golpe de timón.
Pero no nos
confundamos. Kindelán no se va por nada de lo antes explicado. Sus razones son
completamente otras. Al máximo jonronero histórico de la pelota cubana se le
respeta en el “Guillermón” como a pocos. Los jugadores no solo ven en él a un
estratega, sino a un ídolo del deporte de las bolas y los strikes.
Más allá de alguna
que otra decisión polémica, en general a mí me gusto lo que nos enseñó en su
breve tiempo en el banquillo. Incluso, era de los que apostaba todo a que, con
él al frente, este año las Avispas iban a dar un brinco importante en la Serie
Nacional.
Ahora toca mover
ficha a Eriberto. Un hombre preparado, estudioso de este deporte, modesto, de
esos con los que siempre da gusto conversar. A su favor tiene que ya ha
dirigido a más de la mitad de los efectivos que deben integrar, en definitiva,
la nómina de Santiago de Cuba para la venidera campaña.
También cuenta en su
aval con haber formado parte del cuerpo de dirección del elenco en las últimas
temporadas y conoce muy bien el funcionamiento del vestuario, o sea, que está “empapado”
con las interioridades del grupo.
Lo que espero es que
lo dejen trabajar, lo apoyen y confíen en su nuevo plan. Desde ahora le deseo buena
fortuna a él y a su equipo. Ojalá le devuelva la alegría a la afición y que no
caiga en las cuchillas de la moledora de managers.
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