Un gesto grosero es la imagen de esta Copa América
Esta deplorable imagen ha marcado la Copa América |
Ni Lionel Messi, mucho menos
Neymar, Alexis Sánchez o James Rodríguez... La imagen de la Copa América, hasta los
cuartos de final, se refiere a una bajeza, a una vulgaridad de un futbolista
chileno.
El torneo no encuentra esa faceta
espectacular que nos prometía amparado en las grandes figuras sudamericanas del
fútbol. ¿Qué fue lo que pasó? ¿Estarán demasiado cansados? ¿Tiene los
entrenadores miedo de arriesgar? Por ahora, la Copa América de Chile 2015 está
lejos, muy lejos, del nivel que esos jugadores muestran en sus clubes europeos.
Messi
aún no aparece y Neymar ya se fue. Colombia ha hecho un gol en tres partidos y
Uruguay, el máximo ganador del torneo, se marchó con más pena que gloria.
Chile, el de casa, se ha encargado de manchar su camino en medio de grandes
escándalos.
Un
fútbol trabado en el mediocampo, escondido en escenas violentas, amparado en
imágenes bochornosas, y alejado por completo del nivel que tan solo hace
algunas semanas pregonaban esas grandes figuras en los campos europeos. Eso ha
sido hasta el momento la Copa América, la cual ha brillado por la ausencia de
buen fútbol y de una espectacularidad que se supone estaría garantizada en esos
jugadores sudamericanos de gran calidad. Pero ese juego no aparece por ninguna
parte.
El
anfitrión Chile ha hecho un buen esfuerzo en la cancha, pero su campaña -en
apariencia rumbo al título- se ha visto ensombrecida por dos acontecimientos que
se alejan de la imagen del “juego limpio” y de la disciplina en un equipo de
fútbol.
Chile
resolvió como debía hacerlo, y porque lo merecía, la dura eliminatoria de cuartos
ante Uruguay. Sin embargo, su triunfo se vio ensombrecido por la acción del
defensor Gonzalo Jara, quien provocó, con una vulgaridad, una bajeza, al
delantero uruguayo Edinson Cavani.
Ya
antes el combinado chileno había pasado por el bochornoso incidente del
mediocampista Arturo Vidal, quien se estrelló en un Ferrari a exceso de
velocidad y alcoholizado después del partido ante México en la ronda de grupos
del torneo.
A
Neymar lo extraña Brasil y lo podríamos extrañar todos como un referente del fútbol
espectáculo, aunque la manera en la cual dejó la cancha, con una actitud
antideportiva ante la selección de Colombia, está muy lejos de la versión de
ese futbolista que hizo parte del Barcelona en una impresionante campaña
europea.
En
cuanto a Messi, seguimos a la espera, en una selección de Argentina que tuvo
una primera ronda a media velocidad, lejos de su aparente potencial y cargada
de dudas con respeto a lo que podría ocurrir hoy viernes en Viña del Mar, una
vez juegue ante Colombia por los cuartos de final.
Y
ya que hablamos de Colombia, que debía ser la “sangre fresca” de esta Copa
América, de acuerdo con su generación de futbolistas y de acuerdo con sus
resultados internacionales de la última época, no lo ha sido. El elenco
cafetero ha dejado mucho que desear en lo individual y en lo colectivo.
Una
de las explicaciones más coherentes habla de un desgaste físico y mental.
Establece un cansancio normal en esos jugadores que vienen de una larga, tensa
y agobiante temporada en el máximo nivel europeo y que ahora, cuando se supone
estarían de vacaciones, encuentran otro pretexto para luchar contra la presión.
A
ello habrá que agregar el innegable “miedo” de algunos entrenadores, que en su
formación, en sus intereses, arriesgan lo menos posible, y provocan que los
partidos sean cerrados, duros y difíciles de digerir.
El
espectáculo prometido no ha llegado aún a la Copa América. Y no sabemos si
alcanzará a llegar. Lo que quieren muchos de estos futbolistas es que los días
pasen rápido en Chile para encontrar, al fin, un descanso tras una extenuante
temporada. Por lo pronto, en lugar de una genialidad de Messi, de Neymar, de
Alexis o de James, la imagen de la Copa América es Gonzalo Jara, en una escena
poco propia del fútbol y de la vida misma. Vergonzoso.
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