Diablos inmortales
Santa Cruz fue el mejor de la cancha Fotos: Jorge Luis Guibert |
Ya no hay dudas, si
es que alguien las tenía. El fútbol cubano en la actualidad es propiedad
exclusiva de los Diablos Rojos de Santiago de Cuba. Así quedó demostrado luego
de que estos se coronaran campeones nacionales por segundo año consecutivo.
Más emoción no pudo
tener el cierre del 103 Campeonato del balompié doméstico, donde santiagueros y
avileños llegaron igualados con 19 puntos a la última fecha, y –curiosamente-
el calendario los emparejó en la jornada del adiós, en un duelo que tuvo,
literalmente, de todo y que terminó con la victoria de los indómitos, tres
goles por uno.
Se sabía de antemano
que el choque sería a “muerte”, y no era para menos, había una corona en juego
y enfrente estaban los dos mejores elencos de la temporada. Por un lado, los Tiburones avileños, el mejor ataque de la Liguilla final, con 19 dianas. En
frente, los Diablos con su casi inexpugnable defensa (solo cuatro cañonazos
permitidos).
La tarde prometía en
la cancha del estadio Antonio Maceo, de la Ciudad Héroe, y no defraudó. Los
dueños de casa comenzaron la fiesta temprano, a penas en el minuto ocho,
gracias al gol del refuerzo cienfueguero Yordan Santa Cruz (el mejor de la
cancha), desde el punto penal.
Después el partido se
tornó denso, con muy pocas acciones dignas de resaltar; aunque los de la tierra
de la piña molestaron bastante a la zaga “rojinegra” con varios tiros de
esquina, donde los montañeses extrañaron muchísimo a su mariscal, Erick “Pocho”
Rizo, imposibilitado de participar en el duelo decisivo por acumulación de
tarjetas amarillas.
El arquero Nelson Johnston realizó intervenciones de de gran importancia |
Así y todo, pasada la
media hora, el delantero Cristian Flores tuvo en sus botas el 2-0, pero el
arquero avileño se lo negó. La visita tenía que reaccionar y lo hizo de la mano
de su hombre gol, Sánder “Keko” Fernández, quien se plantó en el área con el
balón en sus botines, y cuando tenía la opción de habilitar a uno de sus
compañeros, completamente solo ante la meta santiaguera, prefirió rematar él
mismo y el balón terminó en los dominios del portero Nelson Johnston.
Así se fueron al
descanso, y tras la reanudación, exactamente ocho minutos después, llegó una de
las acciones que marcó el encuentro. Jorge “El Villa” Villalón se marchaba salo
hacia la cabaña avileña y el defensor Aníbal Álvarez lo derribó. El árbitro
principal, el internacional Yadel Martínez, no lo dudó y le sacó la tarjeta
roja de forma directa.
La montaña se
empinaba cada vez más para los Tiburones. Sin embargo, los santiagueros no
supieron aprovechar esa superioridad y perdieron el control del partido, solo
así se explica que el ariete Álvaro Pérez pusiera el empate, al rematar cómodamente
dentro del área en el 65’.
La igualdad lo
cambiaba todo. Era “Ciego” el que estaba a minutos de coronarse y el gol aturdió
por momentos al elenco indómito. El profesor Leonardo Herrera hizo cambios en
su delantera y estos le surtieron efecto.
Eddy Gelkis Olivares
(entró por Cristian Flores) realizó una gran jugada por la banda derecha, ganó
la línea de fondo y centró el balón a la frontal del área, donde Rolando
“Pitín” Abreu sacó un potente remate para marcar el 2-1 y desatar la locura en
el graderío en el 82’.
Ciego de Ávila no
bajó los brazos y en el descuento tuvo una ocasión clarísima para igualar y
llevarse el trofeo, pero en ese preciso momento se agigantó la figura de
Johnston, el mejor jugador de Cuba en el 2017.
Pablo Ramón “Takechi” Labrada, otro de los que ingresó desde la banca, sentenció el duelo con la
segunda asistencia de Eddy Gelkis en el 90+5 para completar el festín.
Los Diablos Rojos celebraron el triunfo con su afición |
Gran triunfo de los
Diablos Rojos, quienes parecen haberle cogido el gusto al trono. Sin duda, una
generación que ya entró a la historia del fútbol cubano. ¡Felicidades,
campeones!
Posiciones finales: 1-Santiago de Cuba
(22), 2-Ciego de Ávila (19), 3-Pinar del Río (14), 4-Camagüey (12), 5-Sancti
Spíritus (9) y 6-Granma (7).
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