Históricos (+video)
El público se lanzó al terreno a celebrar el título con los jugadores. Foto:Alejandro Cebreco Duvergel |
Les confieso que no
sabía cómo titular esta columna. No por falta de ideas, sino por temor a no
usar el adjetivo correcto para definir a los nuevos reyes del fútbol en esta
isla caribeña, los Diablos Rojos de Santiago de Cuba.
Tal vez los menos
seguidores del torneo más antiguo de Cuba se pregunten a qué se debe tal
calificativo. Resulta que –aunque parezca mentira- esta indómita provincia
nunca antes en su historia había ganado un Campeonato Nacional de balompié de
mayores. ¡Y miren que el deporte santiaguero tiene hazañas para regalar!
Un título ganado con
merecimiento y edificado alrededor de una filosofía de juego planeada a las mil
maravillas por el míster Lorenzo Mambrini, quien supo inculcarles el gen de los
campeones a sus pupilos.
Los Diablos
estuvieron en ediciones anteriores cerca de conquistar un metal dorado en estas
lides y en las últimas jornadas siempre pasaba algo que daba al traste con las
aspiraciones. Pero eso ya es cosa del pasado. Esta vez esos fantasmas, que
llegaron a rondar la cancha del “Antonio Maceo” en algunos momentos, fueron
desterrados por un grupo de jugadores que, más que futbolistas, fueron
gladiadores hermanados.
Como toda definición,
hubo drama y nervios; porque Ciego de Ávila se empeñó en evitar el alirón y los
Miuras de Camagüey se negaban a claudicar ante el monarca.
En el “Maceo” lo
mejor quedó reservado para los minutos finales de la película. Primero, el
“super-refuerzo” pinero Yoandir Puga puso delante a los santiagueros desde el
punto penal. Sin embargo, el panorama se ensombreció para los “rojinegros”
cuando los visitantes empataron pocos instantes después, gracias a Ángel
Rodríguez.
Las noticias que
llegaban desde la Perla del Sur, donde jugaban Cienfuegos y Camagüey, tampoco
eran muy alentadoras, pues en ese mismo instante los agramontinos mandaban 1-2.
Pero faltaba por
llegar el minuto que habrá que inmortalizar en el fútbol santiaguero, el 90’+3.
En ese bendito instante Eddy Gelkis Olivares anotó el gol más importante de su
carrera deportiva, el que le dio el trono a su equipo; ya que, al unísono, el
volante cienfueguero Yordan Santa Cruz decretaba el 2-2 final en el “Luis Pérez
Lozano”.
El infierno estalló y
la grada se rindió ante sus héroes, esos que –por motivos de espacio- no puedo
mencionar en esta columna, porque todos, absolutamente todos, merecen el
reconocimiento por haber puesto su granito y regalarle tamaña alegría a la
familia del fútbol en Santiago de Cuba.
Lorenzo Mambrini les inculcó a sus Diablos una mentalidad ganadora. Foto:Jorge Luis Guibert |
Párrafo aparte para
Mambrini, un tipo sencillo que cruzó el Atlántico para brindar sus enseñanzas a
cambio de nada. Un personaje que supo ganarse el cariño, y el respeto de la
afición y del pueblo santiaguero en general. Algunos comentan que este será su
último año al frente del equipo. Y aunque no tengo confirmación de eso, desde
ahora le digo: #misterquedate.
Ahora la pregunta es
si será este el primero de muchos trofeos. Quién sabe, calidad y talento joven
hay. Ya veremos que ocurre en la 103 edición.
De momento, a esta Liga
aún le queda una jornada por efectuarse mañana sábado. Y, salvo la corona,
habrá algún que otro incentivo en juego, como la lucha por la segunda posición
entre Camagüey y Ciego de Ávila (con casi todas las probabilidades favorables a
los Miuras), esperar a ver si en definitiva el rey destronado, Villa Clara,
puede “colarse” en el podio y el pulso por no ser el último de esta hexagonal final
entre Cienfuegos y Las Tunas.
Próximos partidos: Villa Clara-Santiago
de Cuba, Cienfuegos-Ciego de Ávila y Camagüey-Las Tunas.
Tabla de posiciones: 1-Santiago de
Cuba (21 puntos), 2-Camagüey (15/un juego pendiente), 3-Ciego de Ávila (13),
4-Villa Clara (11), 5-Cienfuegos (7) y 6-Las Tunas (6/un juego pendiente).
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