Fuimos por más, pero no había para más
Yaimé ganó uno de los títulos más espectaculares de la delegación cubana Foto: Radio Rebelde |
Desde el primer día
de competencias en los XVIII Juegos Panamericanos Lima 2019 se sabía que la
pelea en el medallero sería dura. Sin embargo, nos pusimos una meta que –en
honor a la verdad- solo una persona ajena a la realidad deportiva que vive Cuba
podría creer.
Nuestra delegación
desembarcó en suelo peruano con la idea de mejorar lo hecho hace cuatro años en Toronto (cuarto lugar por países), y tal vez por eso se escogió el mejor lema
posible: “Vamos por más”, cuando lo que debimos fue preguntarnos si teníamos
para más.
Cuba llevó a Lima
2019 un pronóstico más reservado que de costumbre, pero nadie puede decir ahora
que la intención era un quinto escaño y ganar menos títulos que en la cita
canadiense.
En definitiva, concluimos quintos,
con 33 oros, 27 preseas de plata y 38 de bronce. Comparativamente, ese botín implica tres premios
dorados menos que en la edición anterior, aunque sí se logró una medalla más en
el total.
Ante este
retroceso algunos buscarán culpables, otros pondrán un sinnúmero de
justificaciones, incluso, puede que haya quien se sienta conforme con lo hecho
por la delegación de la isla. Lo cierto es que la mayor de las Antillas culminó
en el mejor lugar de los que podía aspirar, gracias a la entrega,
dedicación y dignidad de sus atletas, y entrenadores, que muchas veces quedan
en el olvido.
Zayas rompió todos los pronósticos y se coronó con el mejor salto de su vida Foto: Cubahora |
Ir por
más era imposible, por mucho que nos repitieran la canción una y otra vez, porque
simplemente, no había para más. Acostumbrado a ser segundo desde la edición de Cali
1971 (excepto La Habana 1991, cuando encabezó la tabla), el movimiento
deportivo cubano vive ahora una realidad completamente diferente.
Llamemos las cosas
por su nombre: Nuestro deporte está en su peor momento de las últimas cinco
décadas. ¿Las razones, o al menos algunas de estas? La pérdida de talentos,
desmotivación, falta de recursos, mala estrategia institucional, carencia de instalaciones
deportivas con el mínimo de calidad requerida, etcétera.
Para colmo, a esto
debemos sumarle que los rivales son cada vez mejores. Ellos sí gozan de
condiciones óptimas, compiten en cuanto Grand Prix y evento se organiza en todo
el globo terráqueo, así que fogueo les sobra también. Incluso, los Gobiernos
han entendido la importancia de desarrollar la actividad física de sus
respectivos países y cada vez le dedican más presupuesto.
Dicho esto, podríamos
afirmar que, dadas nuestras condiciones económicas, ser quintos en el
continente está bastante bien, más si consideramos que finalizamos por delante
de naciones con más desarrollo como Argentina, Colombia y Chile, aunque los dos
primeros lograron más medallas que Cuba.
Ismael Borrero demostró estar por encima del nivel en el continente Foto: Cubadebate |
Otro elemento que se ignora desde hace tiempo
es que hemos reducido ostensible nuestra participación en pruebas y deportes. Para
que tengan una idea, los metales áureos se repartieron esta vez entre boxeo
(8), lucha (5), atletismo (5), judo (5), tiro (4), remo (2), canotaje (2),
ciclismo (1) y esgrima (1), dentro de una lista de 20 que llegaron hasta el
podio al menos en una ocasión.
Y usted dirá: medallas en 20 especialidades no
es un dato tan alarmante. Bueno, tal vez deba recordarle que en los
Panamericanos se compitió en 52 deportes y muchos de estos con disímiles
pruebas que repartieron cualquier cantidad de premios en las que no tuvimos ni
un solo participante.
Visto esto, no sé qué opinión tendrá usted
(todas son respetables), pero la mía es que en Lima nuestros atletas sí
cumplieron. Todos, medallistas o no, cumplieron de acorde a nuestra realidad.
Su sacrificio es incalculable para el movimiento deportivo cubano, el cual,
para regresar a planos estelares, necesitaría una inyección monetaria
importante, que ahora mismo no sé cómo ni cuándo podría llegar.
Ahora viene la Olimpiada de Tokio, donde solo
los elegidos podrán aspirar a llegar al podio de premiaciones, dígase Mijaín
López, Idalis Ortiz, Ismael Borrero, Juan Miguel Echevarría, Yaimé Pérez y algún que otro boxeador. Otros dependerán de la forma en que lleguen a esa
cita.
Bienvenidos
al presente, señores. No vivamos del pasado, que solo sirve para recordar algo
que nos enorgullecía, pero que -al menos por un largo tiempo- no regresará.
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