Una cosa es con guitarra y otra con violín




A los bateadores santiagueros les costó mucho más conectarle al pitcheo tunero                 Foto: Jorge Luis Guibert

Eso de que “no hay equipo tan malo como cuando pierde ni tan bueno como cuando gana” tiene mucho de cierto y las Avispas santiagueras puedan dar fe de eso.

Tras comenzar a todo tren contra los Indios Guerreros de Guantánamo (súper KO de 15x5 en cinco innings, una lechada de 5x0 y un fuera de combate de 10x0 en siete entradas), los pupilos del profesor Eriberto Rosales cayeron 1-2 en su enfrentamiento ante los Leñadores de Las Tunas.
A los indómitos les costó superar a los actuales campeones nacionales. Primero hicieron alarde de su ofensiva y con 24 imparables propinaron KO de 17x7. Después gozaron de una magnífica labor de su principal pitcher, Yoalkis Cruz, para dejar a los montañeses en tres hits y vencer 4x1. Los surorientales salvaron la honrilla gracias a cañonazo de oro de Dasiel Sevila, para dejar tendidos, 2x1, en el tercer duelo a los del Balcón del Oriente cubano.
Lo cierto es que, a pesar de tener una nómina con peloteros de talento y experiencia, el elenco santiaguero nos ha demostrado que aún debe mejorar mucho para poder pelearles a los que están en la élite de las Series Nacionales actuales. Definitivamente, tienen trabajo Rosales y su cuerpo técnico.
Sin embargo, más allá de estos dos tropiezos, las Avispas sí han dado señales importantes. Una de esta es el bateo, que en los primeros cinco juegos promedia para .365 (57 cañonazos en 156 veces al bate), ha mandado a volar seis Mizuno 200, muestra OBP de .468 y slugging de .545. Números bastante estimulantes. Esperemos que logren mantener este paso.
Lo otro ha sido la forma en que se presentaron los lanzadores de la llamada primera línea. O sea, Alberto Bisset, Danny Betancourt y Ulfrido García. Los tres trabajaron muy cómodos ante los guantanameros y ninguno permitió carreras. Además, en el caso de Bisset y Ulfrido se les vio bastante recuperados de las lesiones que sufrieron en la Serie pasada, lo cual son muy buenas noticias para los parciales “rojinegros”, porque sin ellos las opciones de clasificar son casi nulas.
La defensa ha dado mejorías con respecto a otros años. De momento se han cometido cuatro pifias en cinco partidos. Lógicamente, a este nivel se debe fildear mejor, pero –por ahora- el desempeño no es tan alarmantes.
En resumen, después de esta primera semana de competencias, puede que haya algunos que piensen que las Avispas aún no están para empeños mayores; ya que es mucho más medidor Las Tunas que Guantánamo, y contra los primeros nos costó un montón lograr, por lo menos, una sonrisa.
Pero si lo analizamos bien, las santiagueros hicieron lo que tocaba, no dejarse nada ante los rivales menos complejos y salir a “pelearles” a los más complicados.
No olviden cuánto le ha costado a los indómitos en otras temporadas derrotar a los equipos llamados “débiles”. Incluso, en algunas ocasiones les ha dejado fuera de la clasificación.
Aún no es tiempo para sacar conclusiones ni ponernos a vaticinar un lugar en la segunda fase del torneo. Prefiero ser cuidadoso y esperar a que el calendario avance más, y así saber con mayor exactitud para qué están los muchachos de Eriberto en esta temporada.
De momento marchan entre los equipos que se ubican de los lugares dos al siete, con balance de cuatro sonrisas y dos fracasos. Y a partir de mañana domingo iniciarán sus primeros duelos fuera del “Guillermón Moncada”, primero ante Sancti Spíritus y después contra Ciego de Ávila (del 22 al 25 de agosto). Esto empieza ahora, señores. Nos vemos en el estadio.

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