La enfermedad del gallo (+video)

El bateo de los santiagueros quedó por debajo en la semifinal ante los espirituanos      Foto: Jorge Luis Guibert García


¡Otra vez los Gallos de Sancti Spíritus! Si en la pasada Serie Nacional de mayores los yayaberos dejaron en el camino a las Avispas –en uno de los repechajes-, ahora volvieron a ensañarse con los “rojinegros” y los dejaron sin Final en la lid para menores de 23 abriles.

En menos de un año los espirituanos han truncado los sueños de la afición beisbolera de Santiago de Cuba en par de ocasiones y ya comienzan a convertirse en la némesis de los indómitos en los últimos tiempos.
El resultado me toma por sorpresa, y no es que los discípulos de Eriel Sánchez no tengan calidad para ganarle a los montañeses; pero luego de despachar por la vía del KO (12 carreras por dos) al que ha sido -tal vez- el mejor lanzador del campeonato (Roberto Hernández), es increíble no hayan podido finiquitar la semifinal en los dos restantes partidos.
De poco les sirvió a los muchachos de Elizardo Guillarte jugar los tres desafíos como locales, pues el efecto intimidador del “Guillermón Moncada” se difuminó en un dos por tres.
Primero los Gallos tomaron desquite y devolvieron el fuera de combate con abultado marcador de 11x1. Luego, remataron la faena apoyados en el brazo de Yankiel Mauri, quien dejó a la ofensiva santiaguera en solo cuatro imparables, para sonreír 7x1 y lograr el pase a la disputa por el oro.
Se sabía que las mayores opciones de las Avispas pasaban por lo que pudieran hacer sus pitchers y estos fueron incapaces de detener al equipo más bateador de la etapa regular.
Nuevamente, los peloteros santiagueros demostraron ansiedad y poca concentración a la “hora cero”. No se trata de señalar a alguien en específico, pero esto se ha convertido en una constante en las temporadas recientes.
Solo así se explica que un elenco que ganó 14, de los 20 duelos que efectuó como home-club, cayera dos veces seguidas contra una novena que triunfó en nueve de sus 16 partidos fuera de casa.
No le demos más vueltas al tema. Santiago de Cuba era favorito a estar, como mínimo, en la disputa del trono. Sin embargo, tras lo ocurrido tendrá que conformarse con el metal bronceado. Un resultado que, sin ser conformistas, no es malo.
Sí, lee bien usted, no es malo, porque los indómitos fueron quintos en el 2018 y ahora regresaron al podio de premiaciones de un certamen del cual son los máximos ganadores históricos, con dos cetros. 
Tal vez el tercer lugar no nos llene de satisfacción, pero tampoco demerita la actuación del equipo. Ahora, a pensar en la Serie grande. Nos vemos en el “Guillermón”.


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