La explosión de Gareth Bale
Gareth Bale
(Cardiff, Gales, 16 de julio de 1989) comienza a carburar. El prodigio
británico que a los 14 años corría los 100 metros en poco más de 11 segundos, “pagó”
caro lo caro –valga la redundancia- que lo desembolsó el Real Madrid.
Al costar
101 millones de euros llegó a la capital española como superhéroe, pero pocos
se percataron de que aterrizó sin kriptonita en el depósito. Un verano con
altos niveles de estrés, conflictos, rumores, marchas, contramarchas y
ansiedades varias, le jugó en contra.
No hacer la
pretemporada con el Tottenham Hotspur, su exequipo, por estar marginado del
plantel, lo humanizó al máximo. Sin embargo, los 12 días de entrenamiento
intensivo que le preparó el Real Madrid entre el 7 y el 19 de octubre le
devolvieron sus poderes.
El club
blanco se apuró al hacerlo debutar sin fondo físico y lo expuso de mala manera.
La enorme calidad del Expreso de Cardiff saldó con un gol frente al Villarreal
su avant première Merengue, pero jugar dos partidos en tres días lo
liquidó.
Primero 62
minutos contra el Villarreal en El Madrigal en la 4ª jornada de la Liga (14 de
septiembre), y 27 minutos frente al Galatasaray en el debut madridista en la
UEFA Champions League (17 de septiembre), fueron la antesala de su bloqueo
muscular en el calentamiento previo al choque ante el Getafe por la Liga.
Tras
utilizar la última quincena de septiembre para recuperarse de esa sobrecarga en
el muslo izquierdo, el parón internacional por los compromisos de la agenda
FIFA le ayudó a reconstituir su forma física. Recientemente Chris Coleman, el
seleccionador galés, aseguró que “al mejor Bale lo veremos recién a partir de
Navidad”.
Lo cierto es
que el pibe que a los 9 años llamó la atención del Southampton cuando jugaba en
el Cardiff Civil Service Football Club, y que a los 24 se convirtió en el
jugador más caro de la historia del fútbol, calienta motores y prepara su
explosión.
Si hacemos
foco en el aspecto deportivo, hay una situación y una decisión que han
favorecido a Gareth Bale para que haya comenzado a destaparse. El regreso de
Xabi Alonso colabora para que el Real Madrid consiga estabilizar su centro del
campo y defina mejor su plan de juego. Por otra parte, le benefició la decisión
de Carlo Ancelotti de situarle sobre la derecha para que su mejor perfil
encuentre más espacios y gatille fácil con su pierna zurda.
Bale jugaba
en el Tottenham como todocampista por la izquierda, pero en el Real Madrid es
extremo derecho. Corre menos kilómetros de los que corría con los 'Spurs', pero
no hay quien lo frene en el sprint cuando rompe de tres cuartos de cancha hacia
delante. Tener detrás a Khedira y a Arbeloa o Carvajal le libera de
obligaciones defensivas.
En el
Tottenham enamoró el 20 de octubre de 2010 cuando le clavó un hat trick
sensacional al Inter de Milán. Y el Real Madrid lo piensa como ese cuchillo
filoso que se hunde en un pan de manteca una y otra vez. La posición del galés
ahora recuerda a la de Messi en sus inicios. Perforando desde la derecha (es
velocísimo, pero juega con la cabeza levantada y tiene el bluetooth siempre
encendido junto a Cristiano Ronaldo para que el portugués conecte sus centros),
y desmarcándose en diagonal (su primer gol al Sevilla en el reciente 7-3 del
Bernabéu es un buen ejemplo).
Ancelotti
probó con Bale como delantero centro en el superclásico frente al Barcelona
(2-1 a favor de los azulgrana), pero Gareth no encontró ahí los espacios que
necesita su juego y se desdibujó entre Piqué y Mascherano. Ese partido
representó un antes y un después para el británico, quien pasó a desbancar a
Ángel Di María en la derecha del ataque blanco. Ahora ambos pugnan por ese
puesto. El beneficiado es el Real Madrid, ya que ahí tiene una de las duplas
competitivas más potentes del mundo, sino la mejor. Y es que tanto Bale como “Angelito”
tienen piernas zurdas de valor incalculable.
Luego,
comparar a Bale con Mesut Özil, el crack del que se desprendió el Real Madrid
en verano para priorizar la permanencia del “Fideo” Di María y la llegada del
Expreso de Cardiff, es intentar equiparar en valor cosas muy distintas que en
cualquier lugar serían consideradas joyas de la abuela. Bale es un rayo
diseñado para destrozar murallas. Özil es un pensador, un artesano del pase
interior.
Fue el
propio Ancelotti quien asumió la decisión de la marcha del alemán, algo que
argumentó en la personalidad, la garra y el tesón de Di María. En cuanto a
Gareth Bale, es sabido que su llegada la decidió sin consultar el presidente
Florentino Pérez, quien dirige por cuenta propia su feudo. Bale es el cuarto
británico en su reinado tras David Bekham (2003-04), Michael Owen y Jonathan
Woodgate (2004-05).
Para cerrar,
la estadística de Gareth Bale a día de hoy: 3 goles y 4 asistencias en 6
partidos de Liga disputados (4 como titular y 2 como suplente), más un gol en 3
encuentros de UEFA Champions League.
Si a medio
gas y con un bajo consumo de kriptonita logró ser decisivo por momentos, lo que
amenaza hacer el superhéroe “british” en el futuro cercano, hace relamer a la
hinchada de su equipo. Su precio pertenece a otro tipo de debate, en el cual
acaso sea muy difícil que nos pongamos de acuerdo.
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