El resurgir de las Avispas (+video)

Ante los matanceros, las Avispas lograron su sexta barrida en el torneo                 Fotos: Miguel Rubiera Jústiz

Tal vez el titular de este trabajo puede parecerle un poco osado, ya que –después de todo- las Avispas de Santiago de Cuba aún no han ganado nada en la 59 Serie Nacional de Béisbol. Pero tras tantos años de buches amargos, clasificar a la segunda etapa del torneo y, además, con grandes opciones de hacerlo como líderes, es para disfrutarlo en grande.

Solo una vez, desde que se compite con el actual formato, un manager indómito ha participado en un programa de selección de refuerzos. Fue hace seis años, en la Serie número 53… y cómo ha llovido desde aquella vez.

Pero estas Avispas, comandadas por el estratega Eriberto Rosales, están hechas de otra pasta. Ya tocaron la puerta en la lid anterior; sin embargo, la inexperiencia de disputar partidos decisivos les pasó factura en uno de los play-off de comodines.

Eso ya quedó atrás y ahora no solo podemos hablar del avance a la próxima instancia, sino también del récord de victorias (29) para un equipo santiaguero en este formato de 45 partidos.

Un paso triunfal que se cerró por todo lo alto, con una impensada barrida (marcadores de 2x0 y 8x5 en juegos de siete innings, y 13x10, en 11 entradas) ante los Cocodrilos de Matanzas. Y digo impensada, porque solo 48 horas antes del tope contra los yumurinos, los montañeses dieron una imagen muy mala ante los eliminados Sabuesos holguineros, lo cual les costó una “pollona” que –en ese momento- le complicó el boleto directo a la siguiente etapa del torneo.

Ante la representación de la Atenas de Cuba se vio al elenco que ha vuelto a llenar el “Guillermón Moncada”, el que lucha por la victoria hasta el último out, el más fiel de la última década a la rica historia de la pelota santiaguera desde las añoradas Aplanadoras.

Ojo, en ningún momento se me ocurriría comparar aquellos trabucos con el “Santiago” actual, pero lo que nadie me podrá negar es que estos muchachos han logrado restablecer esa mágica conexión entre el público indómito y su equipo, que tanto se extrañaba también.

La conga ha vuelto a sonar bien alto en las gradas del "Guillermón Moncada"

La conga ha vuelto a sonar en el Coloso de la Avenida de las Américas como hacía tiempo no se escuchaba. Otra vez han regresado los cánticos que le piden al ídolo en turno que “camine eso”, que decida él, o que convocan a los bateadores con el “e’ahora e’ahora”.

El “Guillermón” se volvió a erigir como un fortín casi inexpugnable. Y no es para menos, fueron 18 victorias santiagueras en 24 presentaciones, por mucho, el mejor local del certamen. Asimismo, hay que hablar de las seis barridas propinadas, dos de estas a rivales de los llamados históricos como son Industriales y Villa Clara.

Pero esto no para aquí. Las Avispas (29-16), segundas en estos momentos, podrían iniciar la próxima etapa en lo más alto de la tabla si los Toros de Camagüey (28-15) no logran vencer en los dos partidos que les quedan pendientes (ante Sancti Spíritus y Matanzas).

Los números también hablan de la buena temporada de los surorientales. Con una línea ofensiva colectiva de .309/.391/.447, los de la llamada “tierra caliente” son segundos en average de bateo, líderes en dobles (68), terceros en carreras producidas (249), segundos en triples (10) y en jonrones (38).

El pitcheo ha estado de maravillas, con una efectividad de 3,35 carreras limpias por cada nueve entradas, (nadie menos que ellos). Con un WHIP de 1,40; el staff santiaguero propinó siete lechadas (líderes), ponchó a 220 rivales (colíderes) y transfirió solo a 145 contrarios (los cuartos que menos boletos regalaron).

La defensa fue lo menos resaltable (49 errores en 45 partidos), pero la mejoría con respecto a la Serie anterior es palpable. 

Ahora toca pensar en los posibles refuerzos, aunque para hacer la lista de nuestros favoritos habrá que esperar a que el resto de los equipos se pongan al día y se disputen los comodines. Pero todo eso las Avispas lo verán desde un palco de lujo, ubicadas en lo más alto. Nos vemos en el “Guillermón”.