Ganó el “Barça”, se “aclaró” el Madrid




A los clásicos se llega como se puede, muchas veces no como quisieran los equipos. Para el Real Madrid el partido los encontraba en mal momento. Distraídos por buscar la forma de juego que olvidaron con el viejo calendario.

Los clásicos pueden ayudar a resolver los problemas que generan las interrogantes. Fue lo que el Real Madrid consiguió en Barcelona, aún y perdiendo el partido. Parado en espacios que cerraban caminos para un rival muy largo, con muchas distancias.
Barcelona dejó de achicar con los del fondo y amplió metros para la carrera de los tres goleadores de arriba. La carrera hacia el título los deja en ventaja aunque las sensaciones de juego, no tanto.
Fue el Barcelona el que primero pegó y en una pelota parada. De un equipo que venía de varias muestras de ser un conjunto compacto, a las señales de uno más obligado a jugar como le permitía el visitante.
Messi metió la pelota al área y Mathieu anticipó a Ramos para abrir el marcador. En el primer clásico Mathieu se sorprendió de su posición en el campo, en este clásico sorprende su lugar en el resultado.
A Cristiano se le apagaron las luces cuando fue iluminado por los flashes de la Gala FIFA. A partir de ahí no ha podido, por más que haya intentado, ser el goleador que arrancó la temporada a un paso exageradamente efectivo frente al arco.
Necesitó de la inspiración de Benzema para encontrarse de nuevo con el gol. El francés nunca necesita de golear para recibir los elogios. Completísimo, un verdadero “crack”. Mientras Cristiano señalaba su pecho para festejar, el fútbol señalaba a Benzema como el responsable del empate.
Era la mejor versión del Real Madrid en el 2015. Confiado, dispuesto a controlar y mover la pelota. Barcelona seguía siendo largo y apartado para transportar la pelota. Aventurando a encontrar al Piqué de siempre. Más en eso que pensar en el arco de Casillas, el Barcelona sorprendió acercándose cuando más lejos estaba.
Suárez baja la pelota con la sensibilidad de quien duerme a un recién nacido, la dejó a un lado del botín derecho. Suárez marcó el gol de la diferencia, una vuelta después de su llegada al Barcelona.
No fue la única que tuvo el Barcelona, pero era un equipo dedicado a las transiciones rápidas. Contras como las de cualquier otro equipo que resguarda el resultado. Las mejores ocasiones para el Barcelona llegaron cuando el Madrid se lanzaba al empate.
Messi se recuperó al final, pero no fue suficiente para ampliar la ventaja e igualar al Real Madrid en la diferencia de gol. En caso de empate en puntos al final de la temporada, los de Ancelotti serían campeones.
La temporada es aún larga y la Liga es más pareja, si bien no en la pelea por el título, parece que hay más equipos dispuestos a meterse en el camino de los grandes. Queda la UEFA Champions League y el correspondiente desgaste que provoca.
Al Barcelona el calendario aún le tiene compromisos ante Sevilla y Atlético fuera de casa y el derbi catalán en campo del Espanyol. Para Real Madrid un cierre complicado con Sevilla, Valencia y Espanyol en tres de las últimas cuatro fechas.
El partido de fútbol más universal le da ventaja en puntos al Barcelona aunque reconforta la confianza del Real Madrid.

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