El Madrid de Zidane tiene otra cara
A pesar de no ganar en Sevilla, el Real Madrid dejó una buena impresión en su juego |
Puede que ante el
Betis el Real Madrid haya gastado una de sus últimas balas para conquistar la
Liga BBVA. A pesar del empate a uno, los “blancos” jugaron bien, y si no golearon,
fue porque Adán la tomó con el elenco que lo vio crecer como profesional.
Los de Zinedine
Zidane fueron
intensos, ambiciosos, solidarios, respondieron a una idea, quisieron, mas no
pudieron. Se crecieron ante la contrariedad de encajar un gol tempranero (tan
genial como inmerecido) y frente al infortunio de las ocasiones falladas. Los
merengues dejaron su marca. Este Madrid –el de “Zizou”- es mejor, porque todos
aprenden. El entrenador, también.
Sin embargo, ahora mismo la sensación del
madridismo debe estar rozando la decepción. Y no es para menos. Más allá de
haber sacado un punto del “Benito Villamarín”, el Real se dejó dos unidades y
cada vez dependen más de la Champions League para salvar una temporada que se ha
hecho muy escabrosa en las gradas del “Bernabéu”.
El DT francés se topó en este partido con su
primer gran obstáculo desde que está en el banquillo del Madrid y, para ser
justos, no lo gestionó muy bien que digamos. La ausencia de Gareth Bale
obligaba a retocar el once y el hueco lo ocupó James Rodríguez.
El colombiano era el cambio lógico, pero no la
opción más sensata. El cucuteño está lento, falto de chispa, muy distante de
ese jugador que aterrizó la pasada temporada en Chamartín. Cada vez más pide a
gritos parar y tomarse una pretemporada particular, pero el tiempo y el
calendario apremian. No le queda otra a Zidane, tendrá que recuperar al mejor
James sobre la marcha. Él lo necesita, y el Madrid también.
Otro fallo fue prescindir de Dani Carvajal en
el lateral derecho. Nunca quedó claro si estaba o no para jugar de titular a
causa de un proceso febril. El problema es que Danilo volvió a estar torpe y
nervioso y no pesó para nada en la banda donde –coincidentemente- también jugó
James.
Sin embargo, lo que más extrañó el Real fue a
Cristiano Ronaldo. El portugués no estuvo, pues si no, hoy hablaríamos de las
opciones reales del Madrid en la Liga. No me cabe la menor duda de que partidos
como este último, CR7 los resolvía sin despeinarse.
A pesar de no estar en su mejor sintonía me
resulta ridículo que hoy circulen estadísticas sobre la intrascendencia de sus
goles en la historia del Madrid. Bobos los que piensen que marcar más de 300
goles en siete campañas es como sentarse a jugar FIFA en la PlayStation. Pero
es cierto que el equipo echa de menos aquellas apariciones. Entre otras cosas,
porque si Cristiano no marca, su influencia en el juego es escasa.
El contraste a todo esto fueron Luka Modric y
Karim Benzema. Lo del croata ya no es ninguna noticia. Juega como los dioses en
el mediocampo, y sin tener un físico que llame la atención, les gana a todos
porque es el más inteligente de la clase. Con el balón en los pies es como
Billy “El Niño” con su revolver. Majestuoso como siempre, es el cerebro de la
máquina “blanca”.
En tanto, además de marcar, frente al Betis el
“Gato” volvió a interpretar como nadie el juego de su equipo. Esa forma de
pasar entre los obstáculos así sin más, y aparecer ante el portero para batirlo
o servir en bandeja sus acostumbradas asistencias de crack, hace de Karim el
mejor socio que cualquier delantero pudiera tener. El problema es que, con
Cristiano sin el olfato acostumbrado y Bale de baja, Tendrá que asumir los
galones que nunca ha necesitado mostrar en el Madrid.
La Liga no es imposible, pero sí está distante.
De momento a Zinedine le quedan otras tres semanas para llevar al equipo al
tono que más le gusta. Tendrá que mover su barita para recuperar la forma más
óptima de efectivos que necesita para completar la faena con este Madrid que ya
muestra otra cara.
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