“Llegué por casualidad y participé en cuatro olimpiadas”
Marén es el único cubano que ha participado en cuatro Olimpiadas. Foto:Getty Images |
Juan Luis Marén Delís fue uno de los exponentes
emblemáticos de la lucha grecorromana en Cuba durante los últimos cuatro ciclos
olímpicos del pasado siglo.
Dos
medallas plateadas y una de bronce, fue el saldo del atleta indómito en citas
estivales, a lo que debe agregarse su espectacular paso por Campeonatos
Mundiales, Copas del Mundo, Juegos Centroamericanos y Panamericanos.
De
acerado carácter y sumamente introvertido, Marén estableció el diálogo con Tiempo Extra en el marco de la
celebración del Campeonato Nacional de lucha, que se desarrolló en esta Ciudad
Héroe.
-¿Inicios
en la lucha grecorromana?
-Realmente,
llegué a este deporte por casualidad, a la edad de 11 años, pues siempre me
gustó el judo, pero al final me enamoré del colchón de lucha, lo que hoy
agradezco, ya que esto me hizo ser reconocido en Cuba y el mundo.
-¿Cómo llegas al equipo
nacional?
-Fue
una etapa inolvidable para mí, en la que pude ingresar primeramente a la Eide
santiaguera y años más tarde cuando ingresé en la Espa Nacional. Esa época la
recuerdo sobre todo por mis deseos de llegar lejos, por la preocupación de mi
familia y el seguimiento de mis entrenadores. Desde entonces, y gracias a mi
físico –1,74 metros de estatura–, pude destacarme en la división de los 62 kilogramos,
y después del cambio de categoría pasé a desarrollarme en los 63 “kilos”.
-¿Cómo recuerdas las
Olimpiadas de Barcelona ‘92?
-Ya
anteriormente había tenido resultados importantes en Cuba, siendo campeón
nacional y manteniéndome como la primera figura de mi división. Sin embargo,
fue en Barcelona 1992 donde me consolidé como una figura
internacional, aunque en definitiva terminé con la medalla de bronce.
Esas
Olimpiadas fueron especiales, no solo para el deporte cubano en general, sino
para la lucha en particular; pues en aquella oportunidad, junto a Wilbert
Sánchez (48kg) y Héctor Milián (oro en 100kg), tuve la dicha de integrar el
trío de luchadores cubanos que, por primera vez, lograban lauros para Cuba en
citas olímpicas.
-De Atlanta ‘96 a
Sydney ‘00. Danos un balance de ambas competiciones
-En
Atlanta, ya tenía más experiencia internacional y me sentía más confiado, pero
tuve que conformarme con la medalla de plata luego de perder en la Final frente
al polaco Woldzimerz Zawadzki. Fue un combate duro, bien difícil, pero mi
ponente fue uno de mis mayores rivales en toda mi carrera deportiva, además del
ruso Serguey Martinov.
En
Sydney volví a quedarme con la medalla de plata, aunque considero que fue una buena
competencia de manera general.
-Eres el único atleta masculino
cubano participante en cuatro ediciones de Juegos Olímpicos. ¿Cómo viviste esa
experiencia?
-Fue
algo espectacular y ciertamente me hace parte importante dentro de la rica
historia del deporte cubano. Atenas 2004 fue una de mis últimas competencias
importantes a nivel internacional, y aunque no pude subir al podio, la recuerdo
con mucho orgullo. Pienso que tres medallas en cuatro Olimpiadas fue mi mayor
legado.
-¿Crees que las lesiones
constituyeron un lastre en tu carrera deportiva?
-Indudablemente,
las lesiones fueron mi Talón de Aquiles, sobre todo luego de 1994. Tanto fue
así que previo a Atlanta 1996
estuve a punto de interrumpir mi carrera deportiva. Sin embargo, pude
sobreponerme, con la ayuda de mis entrenadores y compañeros. Así, poco a poco,
pude salir de ese bache y concluir mi carrera deportiva de manera satisfactoria.
-¿Otros
resultados que recuerdes con orgullo?
-Fueron
muchos. Pero los más importantes creo que se sintetizan en las medallas de
bronce en el Campeonato Mundial de Bulgaria '91 y Suecia '93. También alcancé el segundo escaño mundial
en el '96 y la supremacía en dos Copas del
Mundo (1995 y 1996).
Por
otra parte, fui campeón Centroamericano (México '90, Ponce '93 y Maracaibo '98) y Panamericano (La Habana '91, Mar del Plata '95 y
Winnipeg '99)
en tres ocasiones, resultados que considero tan valiosos como las medallas
obtenidas en las Olimpiadas que pude intervenir.
-¿Futuro de la lucha
cubana?
-Promisorio,
con grandes figuras establecidas como Mijaín López e Ismael Borrero, y otros
jóvenes que se están desarrollando de manera vertiginosa. Lo más importante es
mantener esos resultados a nivel internacional; pero para ello debe continuar
el excelente trabajo que se realiza en la lucha desde las categorías
inferiores.
-¿Compromisos actuales?
-Actualmente soy miembro de la Federación Cubana
de Lucha, labor que me llena de satisfacción. Mi hijo, Joy Luis Marén, también
se dedica a la lucha grecorromana y en el pasado Campeonato Nacional fue ganador
de uno de los bronces en la división de los 66kg. Espero que se siga
esforzando, porque siempre me ha manifestado su deseo de seguir mis pasos y mi
ejemplo en el deporte.
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