Alazán-manía



Los Alazanes debutaron con victoria en la Serie del Caribe 2017. Foto:granma.cu

No existe ahora mismo en Cuba un debate deportivo donde no se le dedique un aparte los Alazanes de Granma. Hace tiempo que no se podía palpar tanta empatía de la afición cubana –o al menos de su gran mayoría- por un equipo, sea de la provincia que sea.

Atrás han quedado esta vez las polémicas relacionadas con la confección del roster de un elenco caribeño para afrontar un evento internacional, así como la designación del manager que comandaría esta. Por un momento, hasta el regionalismo tan patente en los hijos de esta isla caribeña ha pasado a planos menos importantes.
Ahora todos somos de Granma. Y no es que el afecto les haya caído del cielo. Ellos se lo ganaron con su modestia y, por encima de todo, en el terreno, donde nadie les apostaba ni un centavo. Allí, en la misma grama donde luego recogieron las flores de unahinchada entregada a sus nuevos ídolos, fue el lugar en el cual inició esta novela: la Alazán-manía.
Los comentarios saltan de boca en boca: “¿Viste que clase de partido ganaron los muchachos?” “¿Qué crees del equipo?” “Me gusta como dirige Martí” “¡Qué bien están jugando los granmenses!”.
Y es que los Alazanes han sabido ser agradecidos con todas esas muestras de cariño. Lo han pagado de la mejor manera posible, con resultados, con siete victorias al hilo en sus últimas presentaciones.
Pero ojo, tampoco podemos perder la cordura ni comenzar a lanzar volantes antes de tiempo. Es cierto que el éxito en el debut ante los dominicanos Tigres del Licey (instrumentado por el bate de Roel Santos, el brazo de Lázaro Blanco y el guante de Yoelkis Céspedes, todos granmenses natos) nos dejó bastante complacidos. Y más porque nunca habíamos debutado por la puerta ancha desde que Cuba regreso a la Serie del Caribe. Ese maleficio también lo rompió Granma.
Pero yo soy más desconfiado y prefiero ver cómo salen las cosas en el desafío que se jugaba este viernes ante los boricuas Criollos de Caguas (derrotados en sus dos primeras salidas), y contra las dos Águilas, las de Venezuela y México, que andaban invictas al cierre de esta edición.
Esperemos que las cosas salgan bien y los Alazanes sigan con su trote triunfal. Si les soy sincero, más me preocupa que, en caso tal que no se cumpla el objetivo, que no es otro que ganar, toda esta emoción se transforme en críticas y que lo que hasta hoy es una película de amor, se convierta en un thriller de espanto. Créanme, sé de lo que les hablo.
Ustedes también pueden pensar: “Este periodista siempre está en lo mismo. Seguro la ‘sal’ la pone él con sus comentarios”.
Ojalá no sea así. Pero debemos estar preparados para lo que sea. Nadie puede olvidar que nuestro principal pasatiempo nacional no pasa por sus mejores momentos. Y si en los últimos días ha levantado un poco más de interés, es gracia a estos muchachos que llevan la chamarreta con el histórico yate Granma en el pecho.
Recuerden el refrán: “Una cosa es con guitarra y otra con violín”. De todas formas, yo sí creo que la representación cubana tiene los ingredientes necesarios para repetir eltriunfo de hace dos años de los Vegueros pinareños. Solo debemos creer en ellos hasta el último out, porque se lo han ganado.

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