¿Y alguien esperaba otra cosa?

Jorge Johnson es uno de los tuneros que integran la nómina de Cuba para la Serie del Caribe 2019        Foto: jit.cu


No sé qué pensará usted, pero a este redactor no le levanta ningún sobresalto la nómina de los Leñadores para la venidera Serie del Caribe, pactada para iniciarse el próximo día 2 en Barquisimeto, Venezuela, si es que en definitiva logran desarrollarla.

Cuando los Azucareros, Naranjas, Leopardos o como usted quiera llamarlos, de Villa Clara nos representaron en la edición del 2014, que se desarrolló en Islas Margarita, casi todos –y me incluyo- abogamos porque la tropa que entonces dirigió Ramón Moré fuera al evento solo con jugadores villaclareños, y los refuerzos que utilizaron en la Serie Nacional, claro está.
Eso ocurrió casi así, porque al final solo se incluyeron a otros seis atletas. Los resultados no fueron buenos, ya que el Villa Clara quedó último en lo que significó el regreso de la mayor de las Antillas a estos torneos caribeños.
Después de esto, el organismo rector del béisbol en la isla plantó bandera y decidió que a estas Series había que ir con lo mejor que tuviéramos en casa, y el núcleo del equipo campeón nacional. Hasta se puede decir que –por un instante- nos funcionó, porque Pinar del Río, en el 2015, se “llevó el gato al agua”. Por tanto, quedó instaurado que a las Series del Caribe va el team Cuba, porque no se le puede llamar de otra forma.
Lo que ocurre es que, al hacer esto, siempre, absolutamente siempre se deja afuera a hombres que, en su debido momento, fueron claves en que Las Tunas (por mencionar al equipo actual) ganaran el título, porque el campeonato no empezó en los play-off ni en la segunda fase de la Serie.
En definitiva, de los 28 seleccionados solo nueve iniciaron el torneo doméstico con los Leñadores y 14 se coronaron al final. A la mente me vienen nombres como el de Denis Peña, quien lució muy bien en la “esquina caliente” cuando Yordanis Alarcón causó baja. El joven jugó la postemporada de regular como un consagrado. Quién se atrevería a negar que merecía un puesto, como justo premio a sus resultados en la campaña.
Y precisamente es este uno de los principales problemas que pudiera presentar Las Tunas: que se rompa la sinergia del conjunto, porque esa armonía que los llevó a ganar la Serie Nacional no se arma en cuestión de una semana, por muy buenos que sean los atletas y mucha disposición que tengan.
Ahora dejemos a un lado el provincianismo y hablemos del roster en cuestión. Es más, solo les dejaré algunas interrogantes.
¿Por qué Carlos Benítez, disminuido físicamente al término del play-off final, y no César Prieto, que es más versátil y rápido en el corrido de bases? ¿Si van Dánel Castro y Alfredo Despaigne (punto y aparte con la inclusión de este), que son dos bateadores designados en potencia, para qué Fréderich Cepeda? ¿En serio Yurién Vizcaíno, líder en empujadas, pero lleno de deficiencias técnicas en el cajón de bateo, por delante de Stayler Hernández (máximo jonronero) y Oscar Luis Colás (el mejor prospecto del país)? 
Lo cierto es que Cuba tiene sed de títulos y la vitrina anda bastante deprimida últimamente. Esa es la razón para buscar un triunfo a como dé lugar, aunque el costo sea que no estén todos los que debieran. Toca enterrar pasiones territoriales y se impone remar todos en la misma dirección, que no es otra que aupar al equipo que esta vez llevará en el pecho el nombre de Las Tunas, más allá de quién sea el que use la camiseta.

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