“Llegué al ajedrez por casualidad y quedé apasionada”
Oleiny se tituló este año campeona nacional por tercera ocasión en su carrera Foto: radioreloj.cu |
Desde
que entras a su modesto hogar, varias pistas –dígase trofeos, diplomas y
medallas- revelan que es la residencia de una campeona.
Transcurren
apenas un par de minutos antes de que la actual reina nacional de ajedrez para mujeres, la Gran Maestra Oleiny Linares Nápoles (2 232 puntos Elo), de apenas
35 años, aparezca sonriente y acepte el diálogo sin preámbulos protocolares con
este redactor-reportero.
Con
su habitual carácter cordial confiesa que llegó al juego ciencia por
casualidad: “Yo lo que realmente practicaba era atletismo, hasta que un día mis
compañeros de aula llevaron un tablero de ajedrez y les pedí que me dejaran
jugar, que yo sabía cómo hacerlo, algo que era mentira (risas), pues ni
siquiera conocía cómo ordenar las fichas”, confesó la ajedrecista santiaguera.
-¿Entonces, cómo convertiste el juego
ciencia en tu especialidad?
-Aprendí prácticamente sola y, luego de insistirle mucho, el profesor Roberto Guerra
me permitió iniciarme como ajedrecista. Recuerdo que un día me llevó a su área
de entrenamiento y me puso a jugar con casi todos los que practicaban allí. Uno
por uno los derroté, únicamente con mis conocimientos empíricos, y así me hice
de una plaza en su matrícula de estudiantes.
-Casualmente, tus tres coronas son en
esta década (2010, 2016 y 2019). ¿Crees que eso te distingue por encima de las
otras ajedrecistas del país en la actualidad?
-No,
para nada. El ajedrez es un deporte que se diferencia de otros en varios
aspectos. Por ejemplo, puedes entrenar bien duro y alcanzar un rendimiento alto
en la competencia, e igualmente no te salen los resultados esperados a causa de
la influencia de factores externos. Este año, gracias a Dios, las cosas en casa
estuvieron tranquilas y con el apoyo incondicional de mi esposo, que me exoneró
de mis obligaciones domésticas, pude centrarme en entrenar y competir sin
distracciones.
-¿Les resta nivel a las
ajedrecistas cubanas el no tener la posibilidad de jugar frecuentemente con los
hombres?
-Nos resta en la
superación, porque la exigencia aumenta si nos enfrentamos a varones de alto
nivel. Y aun cuando perdamos, después sacamos provecho en el análisis de la
partida.
-O sea, ¿crees que las
féminas son menos fuertes que los del sexo masculino en lo que a técnica ajedrecista
se refiere?
-No, no es eso. Por
ejemplo, las europeas juegan muchos torneos con ellos, entre 10 y 12 certámenes
al año, cosa que nosotros las cubanas no podemos por falta de recursos
monetarios y otras cuestiones. Pero es una realidad que los hombres han llegado
mucho más lejos. Incluso, internacionalmente, las ganancias de los varones son
muy superiores a las de las mujeres. Tampoco debemos obviar el tema de la
maternidad, que también influye, o el tiempo que se le dedica al hogar.
Para la ajedrecista santiaguera, sus dos hijas son su mayor felicidad Foto: Jorge R. Matos |
-Cuentas en tu aval con un subtítulo olímpico, en la
edición de Dresden, Alemania, en el 2008. ¿Ha sido ese tu momento cumbre?
-Curiosamente, esa fue
mi primera experiencia fuera del país y en aquella época no tenía ni siquiera
una computadora, que es una herramienta fundamental en la preparación de un
trebejista, así que estaba en desventaja. Me dije, si un atleta normalmente
entrena cinco horas diarias frente a la máquina, yo, para recuperar el tiempo
perdido, tenía que entrena ocho o 10. Así fue y llegué a la Olimpiada en una
forma espléndida. ¿Qué pasó? Bueno, como practicaba tanto tiempo, las partidas
las jugaba muy cómoda, sin cansancio alguno y salió el resultado.
-¿Crees que goza de buena salud el ajedrez femenino en
Santiago de Cuba?
-Sí, cómo no. Hay
figuras de experiencia, como Maritza Arribas, Yaniela Forgas y Zirka Frómeta
que están a un nivel alto. Y además hay jugadoras muy jóvenes con un talento
tremendo, como es el caso de Leannet Mariah Bosch. Creo que Santiago de Cuba
tiene material humano para dominar por años en el país.
-¿Qué les falta a los ajedrecistas cubanos?
-No me gustaría centrar
mi respuesta en el tema monetario, que es importante, porque la vida no está
fácil y yo, por ejemplo, tengo dos hijas que mantener. Prefiero hablar de
la atención al hombre, a la mujer, al atleta. Cosas tan pequeñas como que en
este Campeonato Nacional que acabo de ganar, a los medallistas no se nos dio ni
un diploma que quede como constancia de lo obtenido. Como te decía
anteriormente, el ajedrez tiene sus diferencias con otros deportes. Te puedo
garantizar que ningún ajedrecista con carencias o problemas en su familia puede
rendir. O sea, mientras más complicada sea la vida nuestra, más nos alejamos de
los buenos resultados.
-¿Qué es el ajedrez
para ti, más allá de cada partida?
-Es, sobre todo, una
actitud ante la vida. Aparentemente es un juego, pero detrás de él uno tiene el
deseo de ganar, la intención de llegar lejos. Yo sueño con participar algún día
en un Mundial. Por eso me sacrifico y estudio durante horas. El ajedrez se
parece mucho a la vida. Uno tiene que pensar mucho las cosas que va a hacer.
Una mala jugada puede echar a perder una partida y en la vida, una decisión
errada también.
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