Leandro y su pasión por la Educación Física

Para Leandro (a la izquierda) el profesor de Educación Física debe estar en constante autopreparación              Foto: Matos

La emoción asoma al rostro del Licenciado Leandro Zapata Calderín cuando habla de su oficio. Premiado como el Mejor Profesor de Educación Física de Santiago de Cuba en el 2018, el joven educador cuenta en su aval con varios reconocimientos a nivel de país.

Uno de estos es el primer lugar nacional en la XXX edición de los Concursos de Clases de Educación Física del nivel superior; evento donde Leandro impartió, además, un taller sobre el calentamiento en forma de Sanabanda.

Minucioso hasta en lo más mínimo en su autopreparación, el profesor, que además recibió en el pasado año la Tiza de Oro que otorga la Facultad de Ciencias de la Educación, comentó a Tiempo Extra que: “Desde pequeño siempre me llamó la atención todo lo relacionado con la Educación Física. Cuando estudiante, era el turno de clases que esperaba con mayor ansia. Sin embargo, fue otro el motivo que me llevó a convertirla en mi profesión.

“Yo matriculé en la carrera de Química, en el Universidad de Oriente, pero mi madre comenzó a presentar problemas de salud y tuve que dejar la licenciatura para apoyarla. Luego, con las cosas más organizadas en casa, mis familiares me impulsaron a que retomara los estudios y fue entonces que comencé en el curso por encuentros de la Facultad de Cultura Física, en el año 2006”.

-¿Cómo asumes el reconocimiento recibido en el 2018?

-Fue una sorpresa para mí, porque Santiago de Cuba es una provincia con excelentes profesionales de la Educación Física, y que entre todos ellos me distingan a mí, es algo impensable y muy emocionante. Lo veo como un premio a la abnegación, el sacrificio y la motivación que he mantenido desde que me desempeño como profesor, pero estoy convencido de que siempre será necesario trabajar para hacerlo mejor.

-¿Crees que en el sistema de enseñanza cubano, en todos sus niveles, se le da a la Educación Física la importancia que esta merece?

-Yo creo que sí. No podemos obviar que, en la Constitución de la República de Cuba, tanto en la actual como en la que será llevada a referendo el próximo día 24, el deporte es mencionado como un derecho del pueblo. La Educación Física está incluida en todos los planes de estudio en el país, porque tiene un papel especial a la hora de formar valores como el colectivismo, la cohesión y la responsabilidad.

Lo que pasa es que algunos piensan que la Educación Física se resuelve con entregar un balón para que los muchachos se mantengan entretenidos y ocupen el tiempo estipulado, pero en realidad satisfacer todo lo que demanda una clase impone dedicación, estudio y preparación constante.

Leandro imparte sus clases en las canchas de la Universidad de Oriente                 Foto: colaborador

-¿Entonces cuál es el reto?

-Documentarse, leer mucho, profundizar en la técnica de los diferentes deportes que trabajas; porque, además de lo que eso implica para los alumnos, representa prestigio para el profesor. Imagina que te indiquen un ejercicio y el maestro falle en la demostración práctica. Como es lógico, la ejecución no será buena.

Los que impartimos Educación Física tenemos hoy en día un reto grandísimo, que no es otro que mantener a los más jóvenes motivados a practicar deportes, en una época donde las tecnologías y lo juegos electrónicos son una tendencia generalizada.

-¿Te sientes satisfecho con lo logrado hasta ahora?

-Satisfecho y comprometido. Sería injusto si a la hora de recoger los lauros no menciono al equipo que me ha ayudado incondicionalmente, como los profesores Roberto Salas, Fernando Álvarez, Guido Acláns, entre otros muchos que me han extendido su mano y aportado sus conocimientos.

-¿Y ahora en lo adelante qué planes tienes? 

Trasladar mis experiencias y hacer todo lo necesario por el prestigio del deporte cubano y la Educación Física. Estoy agradecido por la posibilidad de compartir con tantos profesionales de alto nivel en el país. Eso solo me ha multiplicado los deseos de continuar.