“Confío en la justicia, mi reivindicación llegará”


Barrios acumula en su historial preseas a nivel olímpico y mundial                            Foto: cadenaser.com


Cuando se hable del lanzamiento del disco para féminas en Cuba hay un nombre que es de obligatoria mención, Yarelis Barrios Castañeda.

Oriunda de la provincia Pinar del Río, esta fornida exatleta fue miembro durante 17 años del equipo nacional de atletismo; tiempo en el que supo ganarse un sitio entre las mejores del mundo en su especialidad con preseas en Juegos Olímpicos, Campeonatos Mundiales, Juegos Panamericanos y Centroamericanos, así como en varios circuitos de la Liga del Diamante.
Sin embargo, mantener una vida brillante en las pistas no la alejó de la polémica, pues hace tres años le fue retirada la medalla de plata que obtuvo en la Olimpiada de Beijing 2008, luego de ser relacionada con el uso de acetazolamida, un diurético y agente enmascarante prohibido.
La estelar discóbola no dudó en catalogar aquel momento como el peor de su carrera. “Fue una experiencia desagradable, sobre todo porque sé que mantuve una vida deportiva limpia”, confesó Yarelis, quien no se limitó en repasar varios momentos de su vida atlética junto a Tiempo Extra.
-¿Cómo llegaste al deporte?
-Desde pequeña me gustaba jugar al baloncesto, pero cuando tenía 13 años me aconsejaron que probara en el disco, porque tenía potencial para esa especialidad. Te digo una cosa, desde que tomé el implemento en la mano supe que podía tener una buena carrera. De iniciarme como discóbola se encargó el profesor Orlando Torres Méndez.
-Lo que muchos no saben es que tienes un nexo importante con Santiago de Cuba. Cuéntanos al respecto.
-En “Santiago” estuve varios años y tengo muy buenos recuerdos de esa etapa. Al terminar la categoría escolar, a pesar de mis buenos resultados no fui captada para la Espa Nacional. Sin embargo, la entrenadora santiaguera Hilda Ramírez, conocida como “La Bambina”, comenzó a trabajar personalmente conmigo en la provincia indómita y finalmente, cuando logré rebasar la marca de 50 metros, logré la beca en La Habana.

La pinareña es una de las figuras históricas del atletismo cubano    Foto: Rosa Panadero

-Para varios especialistas la del 2007 fue tu mejor temporada en la élite. ¿También lo crees?
-No sabría decirte. Lo que sucede es que, a partir de ese año, comencé a ser una atleta más mediática. En el 2007 superé por un centímetro, en la Final de los Juegos Panamericanos de Río de Janeiro, a la mejor discóbola cubana de aquellos tiempos, Yania Ferrales. Semanas antes había triunfado en los Juegos Mundiales Universitarios en Bangkok, Tailandia, y fui medallista de bronce en el Campeonato Mundial de Osaka, Japón; resultado que mejoré hasta la plata al ser descalificada por dopaje la atleta que había ocupado el segundo lugar.
-Desafortunadamente, es imposible repasar tu historial sin mencionar la descalificación por doping que te privó del subtítulo en Beijing 2008. ¿Temes que ese momento opaque todo lo que has logrado?
-No, para nada. Los que me conocen saben que no hago trampas. En Beijing había ganado la medalla de plata con lanzamiento de 63,64 metros, pero ocho años después me fue retirada la presea al dar positivo mi examen antidopaje, por un supuesto uso de acetazolamida.
Hasta hoy siento que fue una gran injusticia. Esa medalla la saboreé, la gocé, la disfruté, incluso todavía la siento como mía. Asumí lo que pasó y aquí estoy; pero hoy ratifico que el único doping que conozco es el sol de los entrenamientos y las pesas del gimnasio.
-¿Esperas algún tipo de reivindicación?
-Creo en la justicia. Y sí, puedo decirte que espero ese momento. Sé que va a llegar, porque yo no tomé nada. Por eso hoy camino con la frente en alto. Fui a Suiza a defenderme y a pesar del veredicto final hubo un párrafo donde ellos reconocen que hubo sinceridad en mis palabras. A pesar de lo ocurrido, me siento tranquila porque muchas personas me apoyaron y creyeron en mí.
El 2013 fue mi último año de grandes y resultados antes de acogerme a la maternidad. Ese falso doping me quitó, además, la posibilidad de retirarme por la “puerta grande”. Cuando recibí la notificación del supuesto positivo, estaba enfrascada en ponerme a tope para participar en las Olimpiadas de Río de Janeiro. Me sentía bien y con mucha confianza tras dar a luz a mi niña. Pero aquella noticia me cayó como cubo de agua fría y decidí dar por terminada mi carrera deportiva.
-¿A qué te dedicas en la actualidad?
-Trabajo en la Comisión Nacional de Atletismo, en un proyecto que pretende rescatar la gloria del atletismo de antaño. Ahí están inmersos campeones retirados como Osleydis Menéndez y Yipsi Moreno, esta última desde su posición de comisionada nacional del deporte rey en el país. Como siempre, intento aportar mi granito.
-¿Qué me puedes decir de la actualidad del disco femenino en Cuba?
-Para mí está excelente. Y no lo digo porque tenemos a dos estelares como Yaimé Pérez y Denia Caballero, que fueron mi relevo, lo afirmo porque además hay muchas jóvenes con oportunidades reales de brillar en los próximos años a nivel mundial.
-¿Te arrepientes de algo? 
-No. Considero que tuve una trayectoria deportiva rica, donde entrené, me sacrifiqué, disfruté cada lanzamiento y cada cosa que hice. Dentro y fuera de las pistas siempre he sido muy exigente, aunque simpática a la vez. Ahora disfruto de mi familia y de mi hija Ivana, de cuatro añitos. Me siento muy afortunada.

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