Ancelotti y Simeone, cara a cara




El de Diego Simeone, bien podría ser el mejor Atlético de Madrid de la historia. El Real Madrid de Carlo Ancelotti, el que acabe con una sequía de 12 años sin un Campeonato Europeo. Dos de los técnicos más exitosos de la actualidad se enfrentan entre sí el próximo sábado en el Estadio Da Luz de Lisboa por la supremacía europea.

En 1995, cuando Simeone todavía se desempeñaba como mediocampista en el Manzanares, Carlo Ancelotti asumió la dirección técnica del Reggina de la Serie A italiana, luego de haberse preparado como segundo entrenador de Arrigo Sacchi.
Tenía 36 años, los mismos que Simeone cuando en 2006, colgó las botas para hacerse cargo, inmediatamente, del Racing argentino.
Si a Ancelotti le costó cuatro años ganar su primer título con entrenador, cuando obtuvo en 1999 el “scudetto” con la Juventus de Turín, a Simeone le tomó tan sólo unos meses, pues tras una breve estancia en el Racing, se hizo cargo del Estudiantes al que hizo campeón en 2006.
Con apenas ocho años de experiencia como entrenador, Simeone suma ya seis títulos, cuatro de ellos con el conjunto rojiblanco, equipo en el que marcó una época como jugador al ganar el último doblete en 1996. Y va por su primer título de “Champions” en su campaña de debut en la máxima competición europea.
También Ancelotti marcó una época en la media cancha de la Serie A en los ochenta, ganando cuatro Copas de Italia y un “scudetto” con la Roma, y otros dos campeonatos de Serie A y una Supercopa de Italia con el Milan. También volvió a “casa” años después para guiar al cuadro “rossonero” a lo más alto: fue durante su gestión entre 2001 y 2009 que el Milan ganó una Serie A, una Copa de Italia, dos Champions League, dos Supercopas Europeas y un Mundial de Clubes.
Un período que ayudó a que el técnico se consolidara como uno de los mejores y más ganadores del planeta. Ante los seis títulos de Simeone, 14 de Ancelotti con equipos de cuatro ligas diferentes.
Simeone lleva tres años preparando a su equipo para este momento. Fue bajo su estricta supervisión que se confeccionó al plantel y permitió pocas salidas con el objetivo de crear el sólido grupo de soldados leales con que cuenta hoy. Si dejó ir a Falcao no fue otra razón que la necesidad de traer dinero a las arcas del Atlético de Madrid, el equipo más endeudado de España.
Ancelotti, en cambio, agarró una “papa caliente” y se vio en la necesidad de empezar poniendo orden en un vestidor a punto de reventar y, ya sobre la marcha, hacer de su grupo uno funcional.
El “Cholo” suele recordar a sus jugadores, constantemente que “merecen” estar en la Final. Es el fruto del arduo trabajo de un año entero. Impuso su filosofía de “partido a partido” como dogma y sus jugadores, al menos de cara a la galería, la cumplen a rajatabla.
Un “Cholo” lleno de rituales
Hombre de rituales, Simeone se llevó a su equipo a una concentración en Segovia, mismo lugar donde preparó la final de la Copa del Rey del año pasado y lejos del “ruido” de Madrid dos días antes de partir hacia Lisboa. En su charla motivacional -y si hay un técnico que motiva al grupo, es él- proyectará un video compuesto por imágenes de todo el año, pretemporada incluida.
Quiere que recuerden lo lejos que han llegado y lo duro que han trabajado para ello. El alguna vez capitán colchonero apela, sobre todo, al orgullo de sus jugadores: “trabajando duro, se puede”, ha repetido constantemente en ese intento de matar a un monstruo de dos cabezas (y ya anuló a una).
“Hay un entrenador que debe mirar cómo pueden rendir mejor para el club que trabajan. No estoy de acuerdo con el sistema de apostar por un solo estilo. El medio del campo va a ser muy importante en el desarrollo del juego”, evaluó Simeone, que aunque admite que tiene diversas opciones, su plantel no permite variar más allá del 4-4-2 o el 4-1-4-1.
Y ese mediocampo ha sido uno de los grandes “dolores de cabeza” de su rival, Carlo Ancelotti, toda la campaña. Si el “Cholo” tiene que lidiar con la falta de “fondo de armario”, Ancelotti con uno plagado de egos y que, además, ha presentado una serie de lesiones desafortunadas que ha tenido que sortear sobre la marcha, pues apenas recuperaba a Xabi Alonso de una operación cuando perdió a Sami Khedira para casi toda la campaña.
Y, de nueva cuenta, tiene que ingeniárselas para “mantener el equilibrio” sin el vasco.
Ancelotti se inventó su “arbolito de navidad” para poder potenciar a los jugadores del Milan. En su autobiografía admitió que tuvo que improvisar en una final contra la Juventus y en su gestión del Real Madrid lo ha tenido que hacer una y otra vez.


Ancellotti, a contra corriente
Para Carlos Ancelotti, su primera temporada en el Madrid empezó con polémica por su decisión de dejar a Diego López en la portería para la Liga. Su equipo tardó en arrancar y, además, se vio en la necesidad de reorganizarlo cuando ya entrada la campaña se sumó Gareth Bale, al que había que hacer titular por casi 100 millones de euros. El galés llegó roto y no carburó hasta enero.
En el inter, perdió a Khedira, pero logró pasar el “banche”. En enero, el técnico ya tenía una media funcional sin el medio alemán, había encontrado hueco para Di María, que parecía sobrar y había recuperado a Bale. Ha sido una temporada de apagar fuegos para el italiano, que sin embargo, ha hecho funcionar al equipo al más alto nivel pese a las lesiones y la presión externa.
Ancelotti ha probado más de un sistema en la campaña; el 4-4-2 con Cristiano en la segunda punta, el 4-1-4-1 con Xabi Alonso equilibrando al equipo y Benzema en punta; el 4-3-3, su predilecto por las características de sus jugadores y que hace de su “tridente” ofensivo el más peligros.
El cierre de temporada, sin embargo, se presentó de manera dramática pues logrado el título de la Copa del Rey y el pase a la final luego de aplastar al Bayern Munich por un global de 5-0, al Real Madrid se le acabó la gasolina quedando fuera de la contienda por la Liga.
“Faltó energía mental; no recuperaron bien después de Munich”, repitió varias veces no sin cierta preocupación. Ancelotti, que lleva días probando diversos sistemas y onces titulares probables, sobre todo en la media, deja la motivación hasta el final. Y lleva días intentando solventar las numerosas bajas, pues ni Pepe ni Karim Benzema parecen dar señales de llegar a tiempo al partido.
“Muchos equipos (que peleaban por la Champions) verán el partido en la tele”, comentó Ancelotti a modo de motivación para sus jugadores. El italiano, que también suele proyectar videos que resumen la campaña de sus hombres antes de la final viajará desde el jueves a Lisboa con su equipo -incluidos los lesionados- para hablar, largo y tendido, con ellos el viernes por la mañana.
Seguramente será el momento en que el video que ha mandado preparar en esta ocasión se proyecte en el hotel de concentración de Lisboa, pues reservado, no quiso develar la forma en que hablará con ellos.
Eso lo revelará después, si llega a convertirse en el primer técnico en ganar tres títulos de Champions League.

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