Las “semis” de la Champions prometen buen fútbol




El sorteo de las semifinales de la UEFA Champions League deparó que los dos choques sean entre equipos de las mismas características: un duelo más físico entre Atlético Madrid y Chelsea y uno más técnico entre Real Madrid y Bayern Münich.

Eso no quiere decir que unos jueguen mejor que otros, a esta altura del torneo, los cuatro están en esta instancia por méritos propios y con herramientas más que válidas para aspirar al título. En dos semifinales tan parejas (aquí no tengo dudas de que todos parten 50/50), los pequeños detalles serán decisivos.
De antemano uno pensaría que los partidos Madrid-Bayern serán más abiertos por la propuesta ofensiva de ambos, pero recordar los primeros 15 minutos de Aleti-Barça alcanza como prueba de cuánto fútbol y cuántas chances puede generar un equipo que se hace fuerte desde la solidez defensiva.
Será muy interesante ver a este equipo tan equilibrado y a la vez tan peligroso que construyó Diego Simeone frente a un rival de características similares, armado de atrás hacia adelante e igual de calculador, aunque quizás un poco menos seguro en la última línea.
No hay dudas de que el Aleti sabe bien a lo que juega y hará valer esos argumentos en ambas definiciones, tanto en la Champions como en la Liga. Tiene un grupo de jugadores convencido tanto de sus virtudes como de sus defectos. Hace muy rápido y muy bien el pasaje de defensa a ataque, pero con la misma eficacia, todos retroceden cuando pierden la pelota, sabiendo que la solidez defensiva depende justamente de reagruparse sin regalar un segundo.
Esa velocidad para ambas transiciones y ese plus físico que entregan los 11 que entran al campo, todos con la misma contundencia, es que puede hacer que las ausencias de peso no sean determinantes. Ante Barcelona no contó con Diego Costa para la vuelta y, más allá del muy buen partido de David Villa, todos se multiplicaban para llegar a posiciones de gol.


Como decía más arriba, el arranque del partido mostró a un equipo implacable, que asfixió a su rival y le generó muchísimas chances, con tres tiros en los palos. Pero a medida que avanzaba el reloj y Barcelona imponía su clásico dominio de la posesión, Atlético de Madrid igual supo mantenerse ordenado y multiplicarse para cerrarle todos los caminos a un rival que esta vez, a diferencia de tantas otras, no supo cómo llegar a posiciones de gol.
Algunos lectores me decían que había obviado, al analizar el partido de ida, lo poco que había aportado Messi, algo que también sucedió en la vuelta. Y sin dejar de notar que fue así, no se puede dejar de notar que justamente eso fue mérito completo del Aleti, pero que no aplica solamente a Messi sino a todos los jugadores del Barcelona. Los caminos se cerraron para todos, más allá de un par de movimientos individuales de Neymar, y en todo caso, en Messi se nota más porque suele ser él quien da la última puntada, en territorios que esta vez estuvieron absolutamente clausurados.
De cualquier manera, no deja de llamarme la atención cómo lo están despellejando a Messi, sobre todo en Barcelona. Que lo critiquen así indica una gran falta de memoria.
En definitiva, fue una clasificación muy merecida del Atlético de Madrid ante un Barcelona al que lo incomodó la agresividad de su rival y que parece tener demasiado desgaste a esta altura de la temporada. Por eso es que hay un gran ganador con esta eliminación: la selección española, que ahora tendrá tiempo para que la mitad de su equipo se recupere rumbo al Mundial.
Por el otro lado, el Chelsea avanzó también merecidamente, sobre todo pensando que los dos goles de diferencia a favor del París Saint Germain en la ida habían sido una diferencia excesiva. A los franceses les pesó demasiado el handicap de no contar con Ibrahimovic para la vuelta y aún así estuvieron muy cerca de meterse entre los últimos cuatro.
Pero una vez más, Mourinho hizo lo suyo y remontó un resultado complicado, más teniendo en cuenta que su equipo, como él mismo dijo, carece de goleadores. Y una vez más el Chelsea pasó por el sufrimiento con el que coquetea cada vez que llega a instancias decisivas.
Y si de la primera semifinal elogiamos el orden defensivo de ambos, aquí el deslumbramiento pasa por la cantidad y calidad de los nombres en ataque, que les permite a los dos equipos buscar protagonismo jueguen donde jueguen.
Los dos tratan de jugar bien al fútbol y los dos buscan manejar sus partidos sin ceder ni pelota ni terreno. El Bayern Münich quizás tiene un poco más de rodaje, mientras que por el lado del Real Madrid, Ancelotti tuvo que reimplantarles el chip a sus jugadores después del paso de Mourinho por el club.
Haber eliminado al Borussia Dortmund, que tanto lo complicó la temporada pasada y que lo hizo sufrir esta vez, es una buena medida de que la prueba está superada.
En el Real Madrid habrá que ver qué peso tienen las ausencias: perdió a Marcelo y la duda está en cómo llegará su hombre clave, Cristiano Ronaldo. Pero insistimos, los dos tienen planteles pletóricos y seguramente haya en el campo de juego 22 internacionales.
Resumiendo, será una muy linda experiencia ver estas dos semifinales de estilo tan marcado. Vamos hacia lo desconocido y no tiene sentido prejuzgar cuál de las dos será más bonita de ver. Y lo mejor quedará para el final, sabiendo que estos cruces garantizan una final en la que, sin dudas, habrá un choque de identidades.

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