Esta vez no hubo fuegos artificiales
Casi nadie contaba con ellos cuando Industriales tomó
ventaja en la serie semifinal, tres victorias por una, sin embargo el Tsunami
pinareño aumento el tamaño de sus olas y no solo arrasó con los Leones azules,
sino que también tumbó en la final a un Matanzas que había hecho el máximo durante
la campaña regular para aspirar a la tan anhelada corona.
Quiso la naturaleza atrasar un día más el disputado sexto
juego, pero en nada cambió lo que ya muchos daban por hecho: el humo del tabaco
de vueltabajo envolvió a los Cocodrilos yumurinos y les condenó a un año más de
sequía de títulos, desatando la locura en los parciales de la tropa verde.
Mucho hay para comentar, más de lo que me permite el espacio
de esta columna, pero es imposible dejar de mencionar la oportuna ofensiva de
los “pativerdes”, liderados por William Saavedra, quien demostró ser un
pelotero que en post-temporada rinde muchísimo. Qué decir de los lanzadores,
encabezados por el Más Valioso de la Serie, Yosvani Torres, sumando tres
victorias en los play-off a las 15 obtenidas en la etapa clasificatoria.
Pinar del Río fue uno de elencos que mejor se reforzó y
estos no lo hicieron quedar a Alfonso Urquiola, a pesar de las bajas por lesión
de Vladimir García, Georvis Duvergel y Dennis Laza, los “incorporados” se
entregaron como un pinareño más y muchos de ellos podrán regresar a sus
provincias con la satisfacción de ser Campeón Nacional.
El play-off estuvo cargado de emociones, momentos tensos,
grandes jugadas y batazos históricos, sin embargo, a este redactor le supo a
poco la “vistosa” premiación, carente de todo tipo de emoción, salvo la que
derrochaba el equipo Campeón por todos los rincones.
Y aquí me voy a detener. Me parece injusto que la ceremonia
fuera tan poco aclamada, que incluso a diferencia de otras campañas, ni el
segundo ni el tercero salieran a recibir sus medallas. Entiendo que no ganó el
local, que la frustración hiciera acto de presencia en la Atenas de Cuba; pero
las autoridades de la Serie, no debieron pasar por alto que no solo se estaba
premiando a “Pinar”, sino que también se estaba clausurando una edición más de
nuestro pasatiempo nacional.
Al parecer no se percataron que el director vueltabajero se
convirtió esa noche en la persona más laureada en series nacionales con tres
éxitos como timonel y seis como jugador con Vegueros. En fin…esta vez no hubo
fuegos artificiales, pero sí dramatismo y emociones.
Quedó una vez más en deuda el polémico Víctor Mesa, a lo
mejor cuando se refiera a esos “orientales con mentalidad perdedora”, recuerde
que -apartando su prestigiosa carrera como atleta- aún no “pisa el home” como estratega.
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