Otro año de altos y bajos



El Sub-23 fue los mejor del béisbol de Santiago de Cuba en el 2017. Foto:Jorge Luis Guibert

A la espera de la selección de refuerzos por parte de los cuatro elencos que disputarán los play-off de la 57 Serie Nacional de Béisbol, pactados para comenzar el próximo día 4 de enero, Santiago de Cuba vive con un tímido fervor las acciones del principal pasatiempo nacional.

Y es que, como ya se ha hecho habitual en los últimos años, la Avispas –que mejoraron cuatro escalones con respecto al año pasado (del 14 al 10)- quedaron muy lejos de pelear por los primeros puestos. Pero eso no demerita en nada el trabajo realizado por la pelota en esta “tierra caliente” en el 2017.
Tal vez le cueste a más de uno asimilar que, a pesar de la pobre actuación del equipo de mayores, el béisbol de esta indómita provincia ancle tercero a nivel de país, únicamente superado por los territorios que han ganado los dos últimos títulos de los Clásicos domésticos, Ciego de Ávila y Granma, en ese orden.
Los números en ocasiones son muy fríos, pero también es injusto valorar a un deporte por lo que haga un solo elenco. Les pongo un ejemplo. En la etapa más gloriosa del béisbol santiaguero, el de la Aplanadora, en sus dos versiones, los “rojinegros” eras campeones nacionales de mayores y ni se acercaban a esas actuaciones en las otras categorías.
Ahora pasa a la inversa. Los más grandes no logran carburar, pero los sub-23 son doble monarcas, los sub-15 son titulares y las mujeres están entre las cuatro grandes del país. Para que tengan una medida más exacta de los que les hablo, echemos un vistazo a lo hecho por el deporte de las bolas y los strikes en este año que casi expira.
Santiago de Cuba fue quinta en los Pioneriles, primera en los Escolares, octava en los Juveniles y esto sumado a la categoría social (femenino, sub-23 y mayores) dejó a la provincia en un muy buen tercer lugar integral a nivel de país.
Individualmente, las Avispas tuvieron representantes en los equipos nacionales en casi todas las categorías. Únicamente en el equipo grande, que asistió a la Serie del Caribe y al IV Clásico Mundial de Béisbol, no hubo santiagueros.
Ahora, no podemos engañarnos. La pelota tiene una responsabilidad que no comparte con otra disciplina en todo la Isla. Afortunadamente, para algunos, o desafortunadamente, para otros, las cubanas y los cubanos pecamos de medir el éxito deportivo de una provincia por lo que hagan sus peloteros en las Series Nacionales.
Para nadie es un secreto que el corazón de la actividad del músculo en Santiago de Cuba late en las gradas del “Guillermón Moncada” y en los hombros de las Avispas descansa el mayor peso de las exigencias de la fanaticada “rojinegra”, que no son pocas.
Por ese motivo, todo lo que se haga en esta suroriental provincia para mejorar los resultados de la pelota es poco. No podemos olvidar de que se trata del deporte nacional y que en las venas del santiaguero corren, junto a la sangre, la música, el baile y el béisbol. 
Así que este 31 de diciembre, cuando levantemos nuestras copas para brindar por un próspero año nuevo, incluyamos también en nuestros pensamientos positivos a las Avispas, para que vuelvan a picar como en antaño.

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