¿Cómo reavivar el fuego del Barcelona?




Estos son tiempos de cambio para el Barcelona. Por desgracia, aquellos años en los que los catalanes eran capaces de ganar prácticamente todas las competencias en las que participaban con un vistoso fútbol ofensivo han quedado en el pasado.

Los “blaugranas” actualmente son dirigidos por el valiente Luis Enrique, excapitán y un querido de los fans barcelonistas. El asturiano de 44 años tomó las riendas del Camp Nou este verano tras la salida de Gerardo Martino (ahora a cargo de la selección nacional de Argentina), quien a su vez había reemplazado al legendario Tito Vilanova, sólo un año antes.
Obviamente, la transición después de la salida voluntaria de Pep Guardiola habría sido mucho más suave si Vilanova, su sucesor natural, no se hubiera visto forzado a apartarse de su sueño por el monstruo devastador que es el cáncer.
Esta desgarradora tragedia tendrá para siempre un lugar profundo en el corazón de cada “culé”. El líder inspirador que les fue quitado por la enfermedad seguirá presente en los pensamientos de todos, independientemente de cuántos años puedan pasar.
Sin embargo, nos guste o no, el show debe continuar. La realidad es bastante terminante: el “Barça” ha sido dirigido por tres estrategas diferentes en igual cantidad de temporadas. Para un club en el que la mayoría de los técnicos exitosos tradicionalmente han gozado de largos ejercicios, un cambio tan frecuente en el liderazgo sólo puede interpretarse como un factor negativo.
Luis Enrique ha tenido un apoyo abrumador desde el momento que fue nombrado hace apenas cuatro meses, pero, a pesar de haber ganado 11 de los 15 partidos oficiales desde que asumió el cargo, una cantidad significativa de voces están empezando a expresar dudas sobre la capacidad del DT de devolverle al “Barça” todo su esplendor.
Los técnicos necesitan tiempo para implementar cambios. Seguro, ver al equipo perder merecidamente contra conjuntos importantes como el Real Madrid o el París Saint-Germain definitivamente no es una experiencia agradable, pero, en última instancia, los hinchas deben ser pacientes y entender que el entrenador necesita tiempo para marcar una diferencia.
El extécnico del Celta heredó un equipo que, bajo Martino, había perdido su propia identidad. Los niveles de motivación estaban desesperadamente bajos y, lamentablemente, el cuerpo técnico fue incapaz de convencer a los jugadores para que levantaran cabeza.

El técnico Luis Enrique tiene mucho qué cambiar en el Barcelona para encontrar la mejor versión del equipo
Después de años de ganar una cantidad obscena de trofeos, la falta de hambre por más éxito dentro de un grupo de jugadores bastante veteranos también era evidente.
Los directores del club invirtieron una cifra sin precedentes de 157 millones de euros para reforzar la plantilla, y ficharon, vendieron, prestaron, convocaron o promocionaron 24 jugadores en el proceso. El presidente Josep María Bartomeu y el director deportivo Andoni Zubizarreta decidieron gastar a lo grande en un intento desesperado por inyectar la cantidad necesaria de sangre nueva en un equipo que claramente necesitaba una sacudida.
Mientras que algunos nombres nuevos, sobre todo Luis Suárez e Iván Rakitic, lograron entusiasmar a los fanáticos desde el principio, hubo dudas sobre qué tipo de impacto iba a poder producir el resto de los fichajes.
La adquisición del prácticamente desconocido Douglas y del lesionado Thomas Vermaelen por un total combinado de 18 millones, sin duda levantó algunas cejas en el momento. Más de 100 días después de su llegada, las razones por las que el club invirtió en ellos siguen siendo desconcertantes.
A pesar de los muchos cambios, la línea defensiva del Barça todavía se ve vulnerable, sobre todo cuando se enfrentan a los esfuerzos de un contraataque muy rápido o jugadas de pelota parada. El corazón del equipo es cada vez menos eficaz por el momento, como lo demuestra el hecho de que ningún mediocampista ha asistido para un gol desde el 24 de agosto.
A pesar de eso, al tener a delanteros de clase mundial como Lionel Messi, Neymar y Suárez, el técnico sigue trabajando en ajustes de la formación para que puedan habilitar y mejorar el juego del otro en vez de correr al mismo tiempo y hacia los mismos espacios.
Jugadores claves como Xavi, Dani Alves, Sergio Busquets, Gerard Piqué y Andrés Iniesta están aún lejos de su mejor condición en este momento. Afortunadamente, el entrenador conoce al club lo suficientemente bien como para saber que el éxito dependerá de su capacidad para lograr que los jugadores más experimentados puedan redescubrir su mejor forma al mismo tiempo que introduce sangre nueva en su alineación titular.
Luis Enrique tiene por delante de la difícil tarea de reavivar el fuego “blaugrana”. La junta directiva confió en él para liderar el nuevo proyecto y, a pesar de no estar en condiciones de firmar cada jugador en su lista de deseos inicial, el director asturiano tiene un equipo fuerte a su disposición que debe maximizar.
Las próximas semanas serán cruciales y los fanáticos estarán deseando ver cómo los muchos cambios introducidos en esta temporada traen una mejora visible.
Nada es más parecido en la actualidad a la frase de Sergio Busques de hace unos días: “El fútbol evoluciona. Es imposible que las cosas sigan siendo las mismas. Nunca vamos a ver el mejor “Barça” de nuevo. Empezamos bien la temporada y todo parecía maravilloso. Tenemos un nuevo entrenador y también debemos acostumbrarnos a él. No somos tan buenos como lo solíamos ser, pero las cosas no están tan mal”.

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